A través de un comunicado, este sábado, 31 de diciembre, los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua lamentaron el fallecimiento del papa emérito Benedicto XVI.
«(…) ante el sensible fallecimiento del Papa emérito Benedicto XVI, elevamos plegarias al buen Dios, para que reciba en su Reino a quien fuera su fiel servidor en este mundo», expresaron los jerarcas católicos.
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«Instamos a todos los fieles sacerdotes, consagrados y laicos de nuestra Provincia Eclesiástica a unirse en oración por el eterno descanso del Papa Benedicto», agregaron.
La CEN anexó a su pésame, una frese de Benedicto XVI: «En vista de la hora del juicio, la gracia de ser cristiano se hace evidente para mi. Ser cristiano me da el conocimiento y, más aún, la amistad con el juez de mi vida y me permite atravesar con confianza la oscura puerta de la muerte».
Benedicto XVI murió hoy sábado, 31 de diciembre, a los 95 años, en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano, donde residía desde su histórica renuncia al pontificado en 2013, así lo confirmó la Santa Sede en un comunicado.
El jerarca había decidido pasar estos momentos en su estancia del monasterio en el que reside desde su histórica renuncia al papado, anunciada el 11 de febrero de 2013 y consumada el 28 de aquel mismo mes, la primera vez en seis siglos, desde tiempos de Gregorio XII.
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Tras conocerse su situación, numerosos fieles se habían congregado en distintas diócesis y templos de todo el mundo para rezar por él, siguiendo las indicaciones de Francisco.
Desde el 2 de abril de 2013, Ratzinger vivía rodeado de su «familia» vaticana, formada por su secretario, un médico, un enfermero y cuatro mujeres laicas consagradas del instituto «Memores Domini», que pertenece al movimiento Comunión y Liberación, que se reparten las tareas de la casa y se ocupan de las necesidades del papa emérito.