La activista y defensora de derechos humanos nicaragüense Bianca Jagger amadrinó a monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, nueve sacerdotes y dos seminaristas que fueron tomados como presos políticos por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo. La acción de Jagger se da en el marco de la campaña «Rompiendo cadenas, apadrina a un preso político», impulsada por el Instituto Casla.
De la docena de religiosos encarcelados por Ortega, a unos los han acusado de delitos comunes y a otros por «conspiración para el menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas». Pero al único que no han acusado judicialmente es al obispo Álvarez, a quien mantiene confinado en una vivienda de su familia en Managua.
«Hoy me uno a la campaña #Releasechains #ApadrinaAUnPresoPoliticoDelMundo Alzo mi voz por el obispo Rolando Álvarez y por los 9 Sacerdotes y 2 seminaristas presos en Nicaragua por la dictadura Ortega-Murillo, quienes le declararon la guerra a la Iglesia católica», escribió Bianca Jagger en su cuenta de Twitter.
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El primer sacerdote apresado fue el padre Manuel Salvador García, párroco de la iglesia Jesús de Nazareno, en el municipio de Nandaime de la Diócesis de Granada. El religioso fue aprehendido el primero de junio de 2021. García fue condenado a dos años y ocho meses de prisión por los supuestos delitos de lesiones físicas y psicológicas en perjuicio de Martha Candelaria Rivas, quien se negó a denunciar el religioso y fue acusada por el supuesto delito de «falso testimonio».
El segundo religioso preso es monseñor Leonardo Urbina Rodríguez, párroco de la Iglesia del Perpetuo Socorro de Boaco, fue detenido el 13 de julio en su ciudad. El régimen lo condenó a 30 años de cárcel por el supuesto delito de violación a una menor de 14 años y lesiones psicológicas leves en perjuicio de la víctima de iniciales M.J.V.S. de 12 años.
El padre Óscar Benavidez, párroco de la Iglesia Espíritu Santo, de Mulukukú de la Diócesis de Suina, fue arrestado la tarde del domingo, 14 de agosto, y se convirtió en el tercer sacerdote católico en prisión. Fue aprehendido luego de salir de la capilla Concepción de María, donde ofició su homilía basada en la persecución y hostigamiento a los profetas. Fue llevado a las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocido como «El Chipote» donde permanece desde esa fecha.
La madrugada del 19 de agosto fueron sustraídos de la Curia Episcopal de Matagalpa tres sacerdotes, dos seminaristas y un laico junto a monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa. Los religiosos habían pasado 15 días cercados por la Policía sin poder salir del sitio.
Tras varias semanas de permanecer en un limbo jurídico, la dictadura decidió acusarlos de presuntos delitos de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas en perjuicio del Estado y la sociedad nicaragüense.
El padre Enrique Martínez Gamboa, párroco de la Iglesia Santa Martha, de la Arquidiócesis de Managua, fue secuestrado la tarde del 13 de octubre, días después fue acusado de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas. Con esta detención ya suman nueve sacerdotes, dos seminaristas y un laico en prisión.