La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) señaló a través de Alberto Brunori, representante para América Central y el Caribe, que no sorprende los resultados de las elecciones municipales de Daniel Ortega, donde se adjudicó las 153 alcaldías del país.
«No es nada raro en un proceso electoral que ha sido caracterizado por la represión a las voces disidentes y la restricción indebida de los derechos políticos y a las libertades civiles», expresó Brunori a través de la cuenta de Twitter de OACNUDH.
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El experto recordó que entre el primero y el ocho de noviembre, organizaciones de derechos humanos reportaron más de 30 «detenciones políticas», ejecutadas por la Policía al servicio del régimen de Ortega.
Además, dijo que el control de la dictadura sobre todo en los poderes públicos a nivel nacional «y hoy también en la organizaciones locales, confirman que Nicaragua está pasando por una fase política autoritaria y una profunda alergia al pluralismo político y casi absolutista».
«Ciertamente —la política de Ortega— es incompatible con los principios y valores de la democracia, del estado de derecho y los derechos humanos», agregó Brunori.
Concluyó que el derecho a votar y a ser elegido en elecciones genuinas y periódicas «están íntimamente unidos a otros derechos humanos, cuyo disfrute es decisivo para todo proceso electoral auténtico como la democracia y el fortalecimiento al estado de derecho».
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Las reacciones de OACNUDH se dan cuando Ortega ha afirmado que los procesos municipales se desarrollaron de forma «libre y democrática», además de «una nutrida de nicaragüenses que salieron a votar», sin embargo el Observatorio independiente Urnas Abiertas indica que solo un poco más del 18 por ciento de ciudadanos participaron de lo que se ha llado farsa electoral.
Al igual que las elecciones presidenciales en 2021, las votaciones municipales se realizaron en un contexto de represión, asedio y encarcelamiento a opositores.
