La jornada de elecciones municipales en Nicaragua realizada este domingo, seis de noviembre, se ha desarrollado «bajo un absoluto control territorial», detenciones arbitrarias, presión a trabajadores del Estado, entre otras anomalías, confirmó el observatorio independiente Urnas Abiertas.
En el primer reporte del equipo multidisciplinario, publicado la tarde de este día previo al cierre de las juntas receptoras de votos (JRV), previsto a las 6 de la tarde, se detalla que, desde el primero de noviembre a la fecha, verificaron 17 detenciones en seis departamentos del país: Rivas, Río San Juan, Masaya, Carazo, Nueva Segovia y Managua.
Con base en los reportes recibidos a esta hora en el 75% de los municipios del país, destacan que «trabajadores públicos, personas opositoras y ciudadanía en general es vigilada por el oficialismo cuadra a cuadra, ya sea para obligarlos a votar o para asediarlos y evitar cualquier expresión de resistencia».
En la mayoría de los centros de votación (CV) observados también se identificó la instalación de puestos de control en las afueras de los CV y en casas vecinas, a cargo de operadores políticos del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) que vigilaban y tomaban asistencia.
En el 42% de los centros, la ciudadanía reportó «inconvenientes» por no encontrarse en el padrón electoral. Los electores que no aparecían eran agredidos y expulsados del lugar, acusados de «golpistas», calificativo que la pareja dictatorial, Daniel Ortega y Rosario Murillo, designa a los opositores.
«Esto se da en un contexto donde más de un millón 300 mil personas han sido eliminadas de este catálogo de electores», indica el observatorio.
En el proceso también se reportó proselitismo político y usurpación de funciones con la imposición de los jefes de ruta o secretarios políticos del FSLN.
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«Al sector público se le indicó asistir desde tempranas horas y enviar fotos con el dedo manchado tras la votación». El régimen, incluso, envió la advertencia a familiares de trabajadores del Estado. Las presiones se realizaron casa a casa, sin embargo, las urnas permanecieron vacías, principalmente, en municipios con pocos trabajadores del Estado.
Un total de 3.722.884 nicaragüenses mayores de 16 años, de una población de 6,6 millones, fueron convocados para elegir a los alcaldes, vicealcaldes y concejales de los 153 municipios de Nicaragua, según datos del CSE, que dio de baja a 755.450 electores en un año sin explicar los motivos.