La presa política Suyen Barahona no ha visto a su hijo desde hace 444 días cuando fue apresada por órdenes de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo. La pareja de dictadores le niega el derecho de ver y comunicarse con su pequeño de cinco años desde el 13 de junio de 2021. La opositora fue condenada a ocho años de cárcel por delitos de traición a la patria.
En una emotiva carta, la también presidenta de la Unión Democrática Renovadora (Unamos) le recuerda a su vástago que es su «pequeño tesoro». También se alegra que ya se puede vestir solo, un momento en la vida de su hijo que no pudo ver ni vivirlo porque está tras las rejas por denunciar las violaciones a los derechos humanos de los nicaragüenses. Le pregunta sobre su mascota y si le siguen gustando las canciones de rock.
«Mi colochitos, vos sos mi pequeño tesoro. Chistoso, tierno, maravilloso. ¡Qué alegre que ya te vestís solo! ¿Todavía te gustan las canciones de rock? Yo las canto calladito. Y Doggy, ¿cómo está? Cuidalo y dale un beso por mí. Recordá que tu ombligo y el mío están unidos. Quiero estar con vos siempre. Te amo. Juntos de aquí al infinito y más allá. Mamá», reza la carta publicada en un video por la plataforma Sé Humano en sus redes sociales.
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En su mensaje, Suyen Barahona le asegura a su hijo que no dejará de luchar desde las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como «El Chipote». «Los niñas y niñas tienen derecho de ver y escuchar a sus madres y padres. Permítanles llamada con video, recibir fotos, recibir cartas, recibir dibujos, comunicarse», demanda la plataforma en el video mensaje de la presa política.
César Dubois, esposo de Barahona, dijo a Artículo 66 que como familia han interpuesto varias peticiones legales y en redes sociales exigiendo se «respete su derecho (de la opositora) a ver a nuestro hijo y que se permita una carta, un dibujo, una llamada, una videollamada. Que haya comunicación porque ese es el derecho de nuestro hijo y también el de Suyen».
Esta misma situación de separación forzosa con sus hijos e hijas también la viven los presos políticos Miguel Mora, Tamara Dávila, Miguel Mendoza, Félix Maradiaga, Juan Sebastián Chamorro y Róger Reyes. A todos ellos se les ha negado el derecho de comunicarse por cualquier mecanismo con sus parientes menores de edad.
Un abogado, en condición de anonimato, explicó a Artículo 66 que las visitas entre los reos de conciencia y sus hijos e hijas debería ser cada 15 días porque es un derecho de los niños, niñas y adolescentes que están protegidos en el Código de la Familia. El jurista señaló que la ley establece que los padres, madres, hijos e hijas deben mantener comunicación y que este derecho no se extingue porque los progenitores estén en prisión.
El régimen solo ha permitido que Tamara Dávila y Miguel Mora puedan ver a sus hija e hijos, respectivamente. Ambos reos estaban en huelga de hambre en demanda de comunicarse con sus vástagos ante la negativa de la dictadura orteguista.