Familiares del periodista deportivo y actual preso político Miguel Mendoza están preocupados luego de constatar —en la novena visita de este sábado, en «El Nuevo Chipote»— que el reo de conciencia presenta complicaciones en su salud y no recibe una atención médica adecuada.
Margin Pozo, compañera de vida del comunicador, dijo a Artículo 66 que en los últimos meses no se le han realizado exámenes de sangre, ya que como paciente crónico (padece de diabetes, hipotensión y ácido úrico) necesita chequeo médico constante.
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«Miguel (Mendoza) no sabe cómo están sus niveles de glucosa. Se ha sentido mal; le ha dado mucho dolor en la espalda. Presenta calambres bastantes frecuentes en sus piernas, lo que no le permite dormir. Él le había dicho al médico general que por favor le dé algo para calmar los calambres o que le hagan un examen de sangre, porque no sabe en qué condiciones se encuentra».
«Miguel —Mendoza— no sabe si estos calambres son productos de ácido úrico o producto de la diabetes que padece. Estamos muy angustiados por la salud de Miguel y que esto le pueda provocar algo peor», agregó preocupada Margin Pozo.
Mendoza, según su compañera de vida, se dio cuenta hasta este día que el médico general que lo atiende no cuenta con cintas para medirle el nivel de glucosa. «Hoy me doy cuenta que no tiene cintas para el glucómetro, pero yo puedo llevar un glucómetro para que le revisen periódicamente», dijo.
Otra de las situaciones que manifestó Pozo es que Mendoza ha solicitado se le permita tener una almohada y una frazada, debido a que presenta dolores en la espalda, pero las autoridades policiales le han dicho que «la almohada no es permitida».
«Demandamos que se respetan las garantías de sus derechos humanos y que sea atendido por un especialista y no por un médico general que no le realiza exámenes clínicos para tener una valoración», refirió.
Mala alimentación
Por otra parte, la también periodista hizo énfasis en que la alimentación que le dan a Mendoza no es la adecuada para un paciente que padece de diabetes. «Me dijo que el gallopinto que le dan por la mañana lleva mucho aceite, está mal cocinado y al mediodía le dan gran cantidad de arroz», describió.
«Antes que detuvieran a Miguel, tenía una dieta muy minuciosa porque lo que podía ser bueno para la diabetes no podía ser bueno para el ácido úrico», remarcó.
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Pese a las situaciones adversas que presenta el reo de conciencia, Margin Pozo asegura que «su semblante sigue fuerte, con su sonrisa, confiando en Dios, orando todos los días, creyendo siempre en los milagros de Dios, aunque sigue bajo de peso. El 27 de junio pesó 148 libras, quizás subió en estos días una dos».
Es objeto de requisas violentas
Además, señaló que lo que más le sorprendió fue ver a Mendoza rapado completamente su cabeza. «Para mí fue impactante ver que no era el Miguel que yo vi el 11 de junio; apenas le está saliendo el cabello, yo solo le dije que qué le habían hecho», contó.
«Me dijo que antes lo rasuraban y le respetaban hasta dónde lo querían, pero en esta ocasión la persona que lo rapó le dijo que era una orden», relató.
En cuanto a las requisas frecuentes de la que es objeto el periodista y los otros presos políticos, los oficiales orteguistas los atan con bridas y los ponen frente a la pared y con la cabeza hacia abajo. «¿Pero qué les van a requisar si no se les puede llevar nada? Si hoy cuando entré las oficiales me desnudaron (…) Esta vez se pasaron», reprochó.
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Miguel Mendoza sigue exigiendo a la dictadura de Ortega poder ver a su hija de ocho años, a la que no ve desde el año pasado tras su detención arbitraria. «Yo siempre pregunto si puedo llevar a la niña, pero siempre me dicen que no está autorizado; no entiendo, porque es un derecho que tiene la niña de ver a su padre», concluyó Pozo.
La justicia de Nicaragua declaró culpable al periodista por el delito de «conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional», de conformidad con la controversial Ley 1055. Fue condenado a nueve años de prisión. Además, fue inhabilitado para ejercer cargos públicos. Mendoza es uno de los 46 opositores detenidos en 2021, meses antes de las votaciones generales de noviembre.