A pocas horas de la conmemoración partidaria del 19 de Julio, la Unidad Nacional Azul y Blanco (Unab), aseguró que la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo será enviada al «basurero de la historia para que de una vez por todas enfrente la justicia» que, así como lo hizo el pueblo nicaragüense con la dictadura Somocista que cayó por la «voluntad y decisión de la mayoría», pero esta vez con «lucha cívica y la no violencia».
«Fue el pueblo nicaragüense que, actuando como un solo puño para conquistar la democracia y la libertad, dio al traste con el somocismo. La lucha de varias generaciones, de jóvenes, mujeres, trabajadores, campesinos y empresarios, tuvo su resultado el 17 de julio de 1979. Hace 43 años el tirano Somoza Debayle, fue expulsado del poder por la fortaleza y la decisión del pueblo nicaragüense. Una vez más se demostró que ninguna dictadura es eterna y que las ansias de libertad siempre prevalecen por encima de las dictaduras corruptas y criminales, como lo fue la somocista y lo es ahora la orteguista», señala la nota de los opositores.
El grupo opositor señala que Nicaragua se enfrenta ante el poder de una familia «corrupta y vendepatria» que reprime al pueblo, asesina, encarcela a los opositores, obliga al exilio a miles de familias y mantiene en la pobreza a la sociedad. Además, ha aniquilado los derechos civiles y políticos; las libertades, ha entregado los recursos naturales y propaga la impunidad, injusticia e inseguridad.
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«Los nicaragüenses vamos a conquistar la liberación de las personas presas políticas. Vamos a conquistar la democracia, las libertades, la justicia y a construir la nueva Nicaragua. Con la decisión, la fortaleza y la esperanza, que animó a los nicaragüenses hace 43 años, y aprendiendo las lecciones de nuestra historia, saldremos de este régimen», destaca.
Los opositores también reiteraron su «indeclinable compromiso de continuar nuestra lucha hasta conquistar una Nicaragua en la que nunca más se instale ninguna dictadura de ningún tipo».
Nicaragua vive desde 2018 una crisis social, política, económica y de derechos humanos que se ha extendido por más de cuatro años. El régimen ordenó reprimir las manifestaciones sociales por unas fallidas reformas al seguro social que aplicaba un impuesto del 5 % a las pensiones a las jubilaciones; aumentaba el aporte del trabajador e incrementaba el aporte patronal.
La represión estatal de Ortega dejó 355 asesinatos de jóvenes, mujeres, niños y policías, según un recuento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la CIDH elaboró un informe que concluyó que en Nicaragua se cometieron crímenes de lesa humanidad. Ortega y Murillo tienen a más de 190 personas presas políticas.
Analistas políticos, opositores y organizaciones de la sociedad civil han comparado a la dictadura de Daniel Ortega con la de los Somoza, ambos regímenes sangrientos que han dejo luto y dolor a las familias nicaragüenses. La sucesión dinástica, al mejor estilo de las monarquías es una de las principales similitudes de ambas dictaduras que han azotado al país.