La aplanadora sandinista en la Asamblea Nacional resolvió cancelar de manera oficial la personalidad jurídica de otras 96 organizaciones no gubernamentales (ONG). La propuesta fue presentada por el diputado orteguista Filiberto Rodríguez, encargado de la «aniquilación» en contra de más de 400 organizaciones desde 2018.
Este nuevo despojo fue aprobado con 75 votos a favor, 0 en contra, 14 abstenciones y 2 presentes. Rodríguez señaló que estas asociaciones y fundaciones han «transgredido e incumplido con sus obligaciones» ante la ley, por lo que «obstaculizan el control y vigilancia» de la Dirección General de Registro y Control de Organismos Sin Fines de Lucro.
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Entre las organizaciones canceladas se encuentra el Instituto Nicaragüense de Desarrollo (INDE), el brazo social del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), un antiguo aliado del régimen Ortega-Murillo que mantuvo por 11 años un modelo corporativista instalado en Nicaragua. Pero, mediante comunicado informaron que continuarán operando «normalmente».

«La iniciativa de decreto legislativo de cancelación de la personalidad jurídica del Instituto Nicaragüense de Desarrollo, registrada en el Ministerio de Gobernación no perjudica su estatus actual, y por lo tanto, continúa operando normalmente», detalló la organización por medio una publicación emitida por medio de sus redes sociales.
El Inde añadió que dejó de ser una organización supervisada por el Ministerio de Gobernación, y que actualmente se encuentra inscrita en el Registro de Cámaras, Federaciones y Confederaciones que supervisa el Ministerio de Fomento, Industria y Comercio (Mific).
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Recientemente el régimen aniquiló a 83 organizaciones no gubernamentales, entre las que destacan la Fundación Enrique Bolaños y la Asociación de la Lengua de Nicaragua. La dictadura ya supera las 400 ONG canceladas en el país desde el inicio de las protestas cívicas en 2018.
Organismos defensores de derechos humanos han denunciado que tanto la cartera de Gobernación como el Parlamento, que es controlado por los sandinistas, «ejecutan la voluntad de una tiranía», «con el propósito de ejercer un control absoluto, perseguir a quienes opinan diferente y establecer un pensamiento único violentando los derechos humanos del pueblo nicaragüense».