Monseñor Rolando Álvarez, de regreso en la Diócesis de Matagalpa, celebró este martes, 24 de mayo, una misa de ordenación desde el templo San Isidro Labrador, en Las Sabanas, Cusmapa, del departamento de Madriz. El administrador apostólico de la Diócesis de Estelí dirigió un mensaje para los fieles católicos manifestando que «no hay que desesperar, ni que se turben los corazones como nos dice el Señor».
El religioso regresó a su sede episcopal el lunes, 23 de mayo, perseguido por oficiales a bordo de patrullas policiales que se mantuvieron apostadas en las afueras y calles aledañas de la parroquia Santo Cristo de Las Colinas en Managua. Durante la misa envió palabras de esperanza para los nuevos sacerdotes y para los creyentes afirmando que «su camino será guiado por María, la grande y defensora de la iglesia. No hay que desesperar, ni que se turben los corazones como nos dice el señor».
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Monseñor Álvarez denunció el pasado jueves, 19 de mayo, que la Policía orteguista lo asedió y persiguió durante todo el día cuando realizaba diligencias y visitas a su familia en Managua, al límite que llegaron a asediarlo hasta su casa, lo que consideró un «recrudecimiento» del hostigamiento en su contra. Ese mismo día anunció que iniciaría un «ayuno indefinido», de agua y suero.
«Jesucristo nos dice que el está con nosotros, Jesús resucitado nos dice en su presencia estaré con ustedes, por esto es posible cumplir la misión del Señor a donde quiera que vayas a donde quiera que Él te envíe», aseguró el líder de la Iglesia católica.
El acoso de la dictadura contra la Iglesia incrementó luego que este fin de semana, feligreses en distintas ciudades de la Diócesis de Matagalpa salieran en procesión con el Santísimo Sacramento para apoyar a su obispo, monseñor Rolando Álvarez.
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El purpurado decidió quedarse en Managua desde el 19 de mayo debido a que varios sacerdotes de la Diócesis le notificaron que la Policía instaló una serie de retenes en toda la carretera que conduce al departamento, pero el 23 de mayo decidió retornar a su sede episcopal en Matagalpa.
Un día después de anunciar el ayuno y oración indefinidos, el régimen de Ortega-Murillo ordenó a las cableras del país sacar de la parrilla de televisión por suscripción al Canal 51, Canal Católico propiedad de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN).