El embajador de Daniel Ortega en Estados Unidos, Francisco Campbell, ha renunciado al cargo diplomático en al menos tres ocasiones, pero la pareja dictatorial de Nicaragua no acepta el retiro de su emisario que ya lleva 12 años en el puesto, reveló el exembajador de Nicaragua ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Arturo McFields en un artículo de opinión publicado por Infobae en su sitio web.
El exdiplomático rebelde de la dictadura atribuye esta decisión de Daniel Ortega y Rosario Murillo, de no aceptar la renuncia de Campbell, a que la relación con Estados Unidos es «imprescindible» para este y todos los gobiernos, independientemente de sus ideologías, que han ejercido el poder en Nicaragua.
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«La relación con Estados Unidos es demasiado importante para este y para todos los gobiernos que han pasado por Nicaragua, liberales, conservadores, democráticos y dictatoriales. Una prueba más de esto es que el actual embajador de Nicaragua en Washington es imprescindible, ya que lleva 12 años en el puesto y ha presentado su renuncia en al menos tres ocasiones y ni Daniel (Ortega), ni tampoco Rosario (Murillo), han aceptado su retiro», escribió McFields.


El también periodista señaló que el régimen de Managua no quiere correr el riesgo de quedar sin embajador y que la relación se degrade a un simple encargado de negocios. «¡Eso jamás!», argumentó.
Campbell es hermano de Lumberto Campbell, magistrado y exvicepresidente del Consejo Supremo Electoral (CSE). La embajada en Washington es dirigida por una familia completa: los Campbell Hooker.
Francisco Campbell ocupa el puesto de embajador; la esposa, Miriam Hooker, es la cónsul general; la hija de ambos, Mabel Leilani Campbell Hooker, es agregada de prensa y otro de sus hijos, Michael René Campbell Hooker, era representante alterno de Nicaragua ante la OEA.