El informe sobre «Libertad de prensa» 2021 de Reporteros Sin Fronteras (RSF) ubica a Nicaragua en el puesto 160 de 180 países del mundo donde los periodistas viven una «situación muy grave» por la «retórica contra los medios y una generalización de los discursos estigmatizantes por parte de la clase política».
En Nicaragua el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo mantiene una política de hermetismo y ocultamiento de información para los medios de comunicación independientes.
A través del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, la dictadura mantiene el control del discurso oficial y es la misma Murillo quien anuncia todos los proyectos y avances, dejando meramente decorativos a todos los ministros y directores de las instituciones del Estado.
Noticia relacionada: Periodistas venezolanos exigen el cese de ataques y de “persecución” judicial
«Cada vez más visibles y virulentos, estos ataques públicos fragilizan a la profesión y alientan procedimientos judiciales abusivos, campañas de difamación e intimidaciones -especialmente contra las mujeres- y acoso en Internet contra los periodistas críticos», detalla el informe.
El documento de RSF refleja el empeoramiento de la situación de la libertad de prensa de Nicaragua en los últimos tres años. En 2020 ocupaba el puesto 117, en 2021 bajó al puesto 121 y en 2022 ocupa el puesto 160, 39 lugares menos que el año anterior.
«Nicaragua protagoniza el mayor descalabro y entra en la zona roja de la Clasificación. La parodia de elecciones organizadas en noviembre de 2021, que llevaron a Daniel Ortega a su cuarto mandato consecutivo como presidente, se ha sucedido de una persecución feroz contra las voces críticas», arroja el informe.
«Los últimos bastiones de la prensa independiente son asediados y la gran mayoría de los periodistas independientes, amenazados por acciones judiciales abusivas, han tenido que huir del país», añade.
Nicaragua «no es seguro» para la prensa independiente
El capitulo dedicado a Nicaragua explica que en el país centroamericano «no es seguro ejercer periodismo independiente». También, manifiesta que los profesionales de la comunicación que permanecen dentro del país trabajan «muy discretamente y ni siquiera firman sus artículos para evitar represalias».
«Trabajar con una cámara de video o fotográfica en la vía pública pone en peligro a la persona que la usa y suele ser confiscada. Ya prácticamente no se realizan reportajes a pie de calle», afirma.
El informe anual sobre la libertad de prensa evalúa el ejercicio del periodismo en 180 países. Un examen en el que Brasil ocupa el puesto 110 de 180, en El Salvador (112), Venezuela (159) y Cuba (173). «México se mantiene como el país más mortífero del mundo para la prensa, y se coloca en el puesto 127 de 180 en el listado general, pero en el 179 en el indicador de seguridad», adujo.
Sin medios de comunicación independientes
RSF manifiesta que en Nicaragua, «prácticamente no existen medios de comunicación independientes», y este fenómeno lo atribuyen a la «nueva e intensa ola de represión que el régimen de Daniel Ortega emprendió contra políticos opositores, organizaciones civiles y medios independientes, en mayo de 2021».
Agrega que «los únicos medios que siguen informando sobre los abusos del gobierno son los digitales, cuyos periodistas están mayoritariamente en el exilio. Los pocos que continúan funcionando en Nicaragua, como Radio Corporación o el noticiero Acción 10, evitan criticar al régimen por temor a represalias».
El documento también señala que durante el año 2022, la Policía del régimen allanó y ocupó las instalaciones del diario La Prensa, la ola de detenciones y las acusaciones contra los periodistas que fueron señalados de traición a la patria y lavado de dinero. «Ya en 2018, los medios Confidencial y 100% Noticias habían sido confiscados por el gobierno», rememora.