La Unión de Presas y Presos Políticos de Nicaragua (UPPN) denunció que los presos políticos Oliver Montenegro y Dorling Montenegro fueron «brutalmente golpeados» luego de unirse a una huelga de hambre iniciada el lunes, 25 de abril, en el Sistema Penitenciario de Waswalí en rechazo a las «torturas, tratos crueles y degradantes» que sufren al interior de la cárcel.
Según la información divulgada, el abogado, rehén de conciencia y uno de los promotores de la protesta, Manuel Urbina Lara, fue sacado de su celda y llevado con rumbo desconocido.
«Familiares de los presos políticos Oliver y Dorling Montenegro denuncian que los jóvenes fueron brutalmente golpeados en el Sistema Penitenciario de Waswalí el 26 de abril, tras realizar la huelga de hambre exigiendo el fin de las torturas y la liberación inmediata», refirió la organización defensora de presos políticos.
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Por su parte, el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) señaló por medio de su cuenta de Twitter que Manuel Urbina Lara «fue sacado de su celda por agentes de la DOEP (Dirección de Operaciones Especiales Policiales) y funcionarios del penal de Waswalí, Matagalpa; y llevado con rumbo desconocido» en horas de la noche de este 26 de abril.
«Desde Cenidh condenamos este hecho y nos sumamos a la exigencia de sus familiares: las autoridades de custodia deben informar de inmediato dónde se encuentra y cuál es su estado físico y mental. El señor Urbina Lara tiene medidas cautelares vigentes otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Exigimos al régimen Ortega Murillo cumplir con su responsabilidad de respetar su integridad personal y su vida», argumentó la organización defensora.
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Urbina Lara sostuvo que en el Sistema Penitenciario «el fluido de agua potable es limitado, hay días que nos dan medio galón, nos reducen en alimentación, nos han negado recreación, sol, nos han negado todo (…) mientras más se recrudezca, vamos a seguir denunciando todos los vejámenes que este régimen está cometiendo contra todos los reos políticos».
La UPPN ha denunciado que actualmente el régimen registra más de «200 denuncias de torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes a las personas prisioneras políticas y sus familiares». En Nicaragua, hay más de 180 personas presas políticas de las cuales 14 son mujeres, 44 son personas recapturadas o detenidas por segunda vez.