Rusia anunció hoy la toma de Mariúpol y descartó tomar por asalto la planta de Azovstal, el último reducto de los defensores ucranianos de la ciudad portuaria, mientras que Kiev asegura que la urbe “sigue siendo ucraniana”.
“A día de hoy todo Mariúpol se encuentra bajo el control del Ejército ruso, de las milicias de la república popular de Donetsk. Y el territorio de la planta de Azovstal con el reducto de los nacionalista y mercenarios está bien bloqueado”, dijo el ministro de Defensa ruso Serguéi Shoigú, al presidente ruso, Vladímir Putin.
“El fin de la misión de combate para la liberación de Mariúpol es un éxito”, consideró éste.
Vadym Boychenko, el alcalde de la castigada ciudad, destruida casi en su totalidad tras seis semanas de asedio, negó que los rusos controlen Mariúpol y aseguró que “sigue siendo ucraniana”.
UNA VICTORIA INCOMPLETA
El anuncio ruso se produce dos semanas antes del “Día de la Victoria” que conmemora cada 9 de mayo la derrota de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial por parte del Ejército Rojo.
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Ya lo predijo la inteligencia británica este jueves al afirmar horas antes que “Rusia probablemente desea mostrar éxitos importantes antes de las celebraciones del Día de la Victoria”.
Londres recalcó que ello “podría influir en la rapidez y la fuerza de las operaciones rusas de cara a esta fecha”.
En lo que sería el primer gran éxito en la campaña militar rusa en Ucrania, Shoigú admitió que la toma no es absoluta, ya que “más de 2.000” soldados ucranianos, mercenarios y combatientes del batallón de Azov resisten aún en la zona industrial de la planta Azovstal, además de unos mil civiles, según las autoridades de Ucrania.
Kiev temía un ataque final que redujera a cenizas la planta, pero Putin ordenó hoy cancelar la orden de asalto a la fábrica.
“No hay necesidad de meterse a estas catacumbas y arrastrarse en el subterráneo por esas instalaciones industriales”, sostuvo, al advertir del coste en bajas entre los soldados rusos que supondría el asalto a una zona fortificada como esta.
No obstante, ordenó bloquear la zona industrial de la acería de tal modo que “no pase ni una mosca”.
Al respecto, el asesor del alcalde de Mariúpol, Petro Andryushchenko dijo a través de Telegram que las tropas rusas continuaron este jueves con su bombardeo contra la planta metalúrgica de Azovstal.
“Hay un bombardeo contra Azovstal. Estoy seguro de que los invasores no se detendrán hasta aniquilar a los militares y a los civiles que están dentro”, escribió Andryushchenko.
La viceprimera ministra y ministra para la Reintegración de los Territorios Temporalmente Ocupados de Ucrania, Iryna Vershchuk, exigió a Moscú un corredor humanitario urgente desde la planta:
“Ahora hay alrededor de mil civiles y 500 solados heridos.¡Todos deben ser sacados de Azovstal hoy mismo!”, demandó.
Oleksiy Arestovych asesor del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, consideró que la declaración de Putin de que es “inconveniente” asaltar la planta metalúrgica “significa que el Ejército ruso no está en condiciones físicas de tomarla, ya que sufrirían inmensas bajas”.
Y es que el último bastión de los defensores de la ciudad es un área fuertemente fortificada. Sus instalaciones, en el sureste de la ciudad, abarcan una superficie de once kilómetros cuadrados y cuentan con túneles y búnkeres subterráneos que dificultan su toma.
Las fuerzas separatistas prorrusas ya alertaron hoy que el bloqueo ordenado por Putin requerirá un refuerzo de las milicias.
SIN TREGUA DE PASCUA
Todo ello, en medio de una propuesta de tregua de Pascua frustrada por la creciente ofensiva rusa y unas negociaciones empantanadas.
La propuesta del secretario general de la ONU, António Guterres, quien pidió un cese al fuego durante las Pascuas ortodoxas y sendas reuniones con Putin y Zelenski no fue recibida con beneplácito en Rusia.
Si bien Ucrania apoyó una “pausa humanitaria”, las milicias prorrusas del Donbás dudaron de su efectividad y acusaron a Kiev de incumplir las treguas anteriores durante los ocho años del conflicto en la región.
El embajador adjunto de Rusia en la ONU, Dmitri Polanski, dijo que “en estas condiciones los llamamientos de paz y de cese al fuego suenan como mentiras y totalmente hipócritas”.
“En la práctica solo representan la aspiración de darle un respiro a los radicales y nacionalistas ucranianos, para permitirles reagruparse, recibir nuevos drones y misiles antiaéreos, y de paso hacer nuevas provocaciones inhumanas, difundir nuevas noticias falsas sobre las acciones del Ejército ruso”, dijo.
LAS TROPAS RUSAS SE TRASLADAN a OTROS LUGARES
Pocas horas después del anuncio de la toma de Mariúpol, el canal de televisión Zvezda, perteneciente al Ministerio de Defensa de Rusia, publicó un vídeo del movimiento de parte de las tropas rusas que combatieron en esta ciudad rumbo a otras zonas del frente.
En el noreste del país, las fuerzas prorrusas de Lugansk llegaron a la frontera de la vecina región ucraniana de Járkov y tomaron la carretera estratégica que une las ciudades de Statovo y Kupiansk, según el ministro del Interior de la autoproclamada república popular, Ígor Kornet.
El jefe de la administración militar ucraniana de Lugansk, Serhiy Gaidai, admitió que el 80 % de la región se encuentra bajo el control ruso.
Las fuerzas rusas también continuaron su ofensiva en el sur, informó hoy el gobernador de Mykoláiv, Vitaliy Kim.
“Al sur de Snigurivka hay localidades ocupadas. Es difícil decir cuántas, la línea del frente cambia. Son aproximadamente veinte”, aseguró.