Las autoridades de Letonia y Estonia anunciaron este martes el cierre de un total de cuatro consulados rusos en sus respectivos territorios y la expulsión de 27 diplomáticos y personal de esas representaciones.
El Gobierno letón decidió cerrar dos consulados generales en las ciudades de Daugavpils y Liepaja y expulsar a 13 diplomáticos y trabajadores consulares, dijo el ministro de Exteriores, Edgars Rinkevics, en Twitter.
“Teniendo en consideración los crímenes cometidos por las fuerzas armadas rusas en Ucrania, Letonia reduce sus relaciones diplomáticas con la Federación Rusa mediante el cierre de sus consulados generales en Daugavpils y Liepaja y expulsa a 13 diplomáticos y empleados”, dijo el ministro.
Estonia convocó este martes al embajador ruso, Vladímir Lipaev, y presentó una nota diplomática sobre el cierre del consulado general ruso en Narva y la oficina consular en Tartu.
Estonia también decidió expulsar y declara persona non grata a 14 de sus trabajadores, incluidos siete con estatuto diplomático, anunció el ministerio de Exteriores.
La decisión de este martes se produce solo unas dos semanas después de que las tres repúblicas bálticas anunciaran el 18 de marzo la expulsión de diez diplomáticos rusos en lo que pareció una acción coordinada en solidaridad con Ucrania, tras la invasión de ese país por parte de Rusia el 24 de febrero.
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El ministerio letón de Exteriores no mencionó en su declaración oficial la alusión a menudo empleada a que las personas expulsadas eran espías, pero escribió que “la decisión llega en solidaridad con Ucrania y su combate contra la indefendible y no provocada agresión militar rusa”.
El ministerio reiteró su condena de “la agresión militar” y declaró que la comunidad internacional “ha obtenido amplia evidencia de asesinatos, atrocidades y crímenes de guerra del Ejército ruso contra las poblaciones civiles pacíficas de Ucrania”.
A diferencia de otras expulsiones, donde los diplomáticos rusos tuvieron solo unos pocos días para abandonar Letonia, en esta ocasión se ha permitido a los trabajadores de los consulados mencionados dejar el país hasta el 30 de abril.
Daugavpils es la segunda ciudad letona, situada en el este del país y considerada tradicionalmente como habitada por población de origen ruso incluso antes de que la ocupación soviética causara una gran inmigración de mano de obra de la extinta URSS.
Liepaja es una ciudad portuaria de la costa oeste de Letonia, en el mar Báltico, y alberga parte del pequeña Armada del país.
En Estonia, Narva es una ciudad con gran cantidad de población de origen ruso cerca de la frontera con Rusia, mientras que Tartu es una ciudad universitaria fundada en el siglo XVII y la segunda ciudad del país.