El régimen de Ortega canceló el nombramiento de Francisco Campbell Hooker como representante permanente de Nicaragua ante la Organización de los Estados Americanos (OEA). Campbell también es embajador de Nicaragua en Washington y el nuevo cargo diplomático le había sido asignado tras la denuncia de Arturo McFields ante el Consejo Permanente del organismo continental.
La entrega de credenciales de Campbell estaba prevista para el pasado viernes, primero de abril, según una invitación de la oficina de protocolo de la Secretaría General de la OEA en poder de Artículo 66, pero sorpresivamente el evento fue cancelado sin razón alguna.
El exembajador ante la OEA, Arturo McFields, señaló esta mañana en su cuenta de Twitter que el escaño de Nicaragua en el sitio web en del organismo estaba vacío y que «existe una debacle moral enorme y ahora es mayor». «Atentos a La Gaceta», advirtió McFields.
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El nombramiento a Campbell no le dio ni tiempo de presentar sus cartas credenciales ante Luis Almagro. Tras la denuncia de McFields, el régimen corrió a desacreditar las declaraciones del embajador rebelde de Ortega y aseguró que su representante permanente era Campbell, pero su nombramiento no estaba acreditado ante el organismo continental ni publicado en La Gaceta, Diario Oficial.
Campbell es hermano de Lumberto Campbell, magistrado y exvicepresidente del Consejo Supremo Electoral (CSE). La embajada en Washington es dirigida por una familia completa, los Campbell Hooker. Francisco Campbell, ocupa el puesto de embajador; la esposa de este, Miriam Hooker, es la cónsul general; la hija de ambos, Mabel Leilani Campbell Hooker, es agregada de prensa y otro de sus hijos, Michael René Campbell Hooker es representante alterno de Nicaragua ante la OEA.
Nuevo representante
Las previsiones de McFields resultaron ciertas y Ortega nombró a Orlando Tardencilla como su nuevo emisario en la OEA, según el acuerdo presidencial 58-2022 publicado en La Gaceta, Diario Oficial, del cuatro de abril de 2022.
El nuevo embajador de Ortega es asesor presidencial, antes fue rechazado como secretario general del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), fue designado embajador ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), embajador en Suiza, luego fue removido de todos esos cargos y posterior nombrado asesor de Ortega.
Los «golpes» diplomáticos
Marzo le dejó a los Ortega-Murillo un «golpe bajo» a nivel internacional. Sus propios delegados denunciaron al Estado de Nicaragua por represor, inhumano y responsable del desmantelamiento democrático de las instituciones del país. El primero fue Arturo McFields ante la OEA, un suceso inédito que le valió el reconocimiento de sus pares del continente.
El 27 de marzo, se conoció de la renuncia del asesor legal internacional de los Ortega-Murillo ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, Paul Reichler. El abogado encaró a Ortega y le expuso que la razón para escribirle fue para «dar por terminada mi relación con usted y su gobierno».
McFields, desde la OEA, reprochó la falta de garantías constitucionales, la situación de los presos políticos, el éxodo migratorio y la presión estatal contra los servidores públicos.
María Fernanda y María Michelle Gutiérrez Gaitán, hijas gemelas del diputado sandinista Wálmaro Gutiérrez, renunciaron a sus cargos de «consejeras» en el servicio exterior de Nicaragua.
Ortega canceló el nombramiento de Orlando Tardencilla como embajador ante la Organización de Naciones Unidas y lo designó su asesor presidencial. Al embajador ante el Reino de España, Carlos Midence, lo retiró de su cargo y lo envió a la delegación en Argentina como su representante.