El exembajador de Nicaragua ante la Organización de los Estados Americanos(OEA) Arturo McFields solicitó al Gobierno del presidente de Joe Biden que apruebe un Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) para los nicaragüenses que huyen del país y están llegando a Estados Unidos en busca de proteger su integridad física.
«Para los que vienen huyendo a Estados Unidos yo lo que pido es que le den un TPS de esperanza. No es justo que los miles de nicaragüenses que vienen huyendo del régimen de terror, de violencia de Nicaragua, sigan sufriendo escondidos en Estados Unidos», dijo McFields en un conversatorio virtual organizado por Wilson Center en Washington.
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«Mi clamor hoy es por la libertad de quienes están sufriendo tratos degradantes en «El Chipote» y esperanza para quienes están aquí (en Estados Unidos) y siguen sufriendo porque no pueden ganarse el pan nuestro de cada día», agregó.
Los países grandes, dijo McFields, con democracias robustas tienen la obligación moral de solidarizarse con Nicaragua. «Me refiero que no se vale que estos países grandes en la OEA guarden silencio. No se vale que bajen la cabeza y digan “tenemos principios de no injerencia”. No se trata de principio de no injerencia, se trata de defensa de los derechos humanos de la gente que está sufriendo», afirmó.
Rosario le mandaba emisarios para decirle que estaba «vendido al imperio»
El exrepresentante de Daniel Ortega aseveró que durante cinco meses se comunicó diariamente con Rosario Murillo y trataba de exteriorizarle «cosas positivas». Manifestó que cada vez que comentaba sobre los derechos humanos y la liberación de los presos, dicho temas eran vistos «bajo sospecha» y unos 10 funcionarios le llamaban con mensajes de Rosario Murillo sobre qué le pasaba, si estaba vendido al imperio.
Reveló en los primeros meses de la represión hubo varias reuniones entre la delegación diplomática en Estados Unidos para abordar la crisis sociopolítica y los altos funcionarios de la embajada decían que «la derecha quiere botar a un Gobierno legítimo». Esas palabras McFields las calificó como «adoctrinamiento», dice que a diario se las repetían.
En 2018 aseguró que vivió una crisis moral cuando murió el periodista Ángel Gahona y que el embajador Francisco Campbell le dijo que estuviera «tranquilo» que el fallecido era sandinista y que la derecha había cometido el crimen.