El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de último momento confirmó que sí enviará una representación de su gobierno a la toma de posesión del mandatario Daniel Ortega y su «copresidenta» Rosario Murillo, quienes se entronizarán en el poder cinco años más.
Este lunes, 10 de enero de 2022, en conferencia de prensa con medios mexicanos, el mandatario del país azteca manifestó que desconocía que es «hoy» la investidura de su homólogo Daniel Ortega y aseguró presencia de una delegación mexicana al acto organizado por la dictadura, en Plaza Revolución, en Managua.
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«¿Cuándo es la toma de posesión? ¿A qué hora es? … pero sí enviaremos a una delegación, ahorita lo vamos a ver», indicó el presidente de México.

Las declaraciones del líder mexicano surgen después que Daniel Millán, jefe de la Oficina del Secretario de Relaciones Exteriores de México, anunciara que su país no enviará a ningún representante a la investidura de Ortega-Murillo en Managua.
Ramiro Ayala, jefe de la embajada de México en Nicaragua, es quien asistirá a la reasunción de los dictadores Ortega-Murillo. «No ir, sería una imprudencia», alegó el mandatario mexicano.
La presencia de un representante de México en la actividad política de Ortega desencadenó las críticas dentro y fuera del país azteca. José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch (HRW), reclamó la tarde del domingo a López Obrador por su decisión de participar en la «entronización del sátrapa de Nicaragua».
«Presidente López Obrador ¿cómo es posible que México avale esta farsa construida sobre la base de una represión brutal?», denunció Vivanco en su perfil en Twitter.
Daniel Ortega asumirá su quinto mandato y cuarto consecutivo. El dictador se impuso en unas elecciones en las que no participaron sus rivales políticos porque, en los meses anteriores, las autoridades disolvieron tres partidos políticos y arrestaron a más de 40 dirigentes opositores, entre ellos siete aspirantes presidenciales, incluida la independiente Cristiana Chamorro, la favorita, según las encuestas.
En reacción, la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó una resolución en la que aseguraba que esos comicios carecieron de «legitimidad democrática» y no fueron ni libres, ni justos, ni transparentes.
En tanto Estados Unidos calificó de la elección de «pantomima», y la Unión Europea (UE) de «fake».