El obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, valoró la salida de más de 100 mil nicaragüenses como «la migración de los desesperados». Miles de hombres, mujeres y familias enteras han huido del país por la crisis social, política, económica y de derechos humanos que vive Nicaragua desde abril de 2018.
«No queda más remedio que dejar su país, aventurándose hacia lo desconocido. Cada día afrontan peligros con el intento de huir de una vida sin futuro», dijo Álvarez.
Noticia relacionada: Monseñor Báez recalca que «la solución nunca debe ser la violencia»
El prelado manifestó que el dolor de las familias nicaragüenses se compara con lo sufrido por la familia de Jesús de Nazaret «que huye, que se exilió, que fue migrante, que viven incertidumbre, ausencia y separación», recordó en la Fiesta de la Sagrada Familia.
«Están desesperados y toman la decisión de salir de su tierra, sin saber qué van a encontrar, qué les va a pasar, conscientes que en esa decisión pueden perder la vida, como a tantos hermanos nuestros, nicaragüenses, les ha sucedido», lamentó el obispo.
Monseñor Álvarez indicó que hoy sigue vivo el «testimonio doloroso» de la Sagrada Familia que fue perseguida, que huye de su país de origen para salvar a su hijo. «Una familia en un país extraño, de una lengua extraña, de costumbres diferentes. Una familia en el exilio. Más de dos mil años han transcurrido y la historia se continúa repitiendo», aseveró.
«Familias, cientos, miles de familias viven situaciones de dramática inestabilidad e inseguridad y buscan una nueva tierra que les pueda ofrecer pan, dignidad y paz», añadió.
Según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en Costa Rica más de 108 mil nicaragüense han solicitado refugio desde 2018, cuando inició la crisis sociopolítica, económica y de derechos humanos.
Los principales destinos de los migrantes y exiliados nicaragüenses son Costa Rica, Estados Unidos, España, Panamá y otros países centroamericanos.