El papa Francisco expresó hoy su cercanía a la población de Filipinas damnificadas por el reciente tifón que ha arrasado parte del país, causando al menos 31 muertos y desplazando a medio millón de personas.
“Expreso mi cercanía a la población de Filipinas afectada por un fuerte tifón que ha destruido muchas casas. Que el santo Niño lleve consolación, esperanza a las familias con más problemas”, dijo tras el rezo del Ángelus dominical el pontífice, que viajó a Filipinas en enero de 2015.
El tifón Rai, que tocó tierra el jueves con vientos de hasta 240 kilómetros por hora, salió el sábado de Filipinas tras causar inundaciones y corrimientos de tierra, lo que ha cortado las comunicaciones en las regiones de Visayas y Mindanao.
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A su paso, al menos 31 personas han muerto y más de 488.000 han quedado desplazadas.
El embate del tifón, conocido como Odette en el país y el decimoquinto en llegar a Filipinas este año, ha pasado por unas nueve islas donde ha arrancando los techos y provocado daños en numerosos edificios.
Muchas provincias, incluidas Cebu, Bohol y Guimaras, han sido declaradas zonas de desastre debido a los daños sufridos.
Comunidades filipinas incomunicadas
Las autoridades de las islas Dinagat, una de las primeras provincias azotadas por los feroces vientos del tifón, permanecían aisladas el sábado debido a la caída de las líneas eléctricas y de las comunicaciones.
La gobernadora, Arlene Bag-ao, informó en el sitio web de la provincia que la localidad de alrededor de 180.000 habitantes “había sido arrasada”. Pidió comida, agua, refugios temporales, combustible, kits de higiene y suministros médicos. Dijo que hasta ahora solo se han reportado unas pocas víctimas en la capital porque otras ciudades permanecen aisladas por completo.