La vocera del régimen de Nicaragua, Rosario Murillo, solicitó a la comunidad internacional «anular» las sanciones impuestas a su persona y sus operadores políticos y económicos, argumentando que esas presiones «no tienen nada que ver con la democracia».
En su intervención de este seis de diciembre a medios oficialistas, la primera dama exigió que «se anulen esas medidas coercitivas e ilegales que van contra todas las cartas internacionales, que deberían regir los destinos del mundo en términos de derechos y en términos de convivencia».
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Además, señaló que las sanciones impuestas por la comunidad internacional «no tienen nada que ver con la buena voluntad, que no tienen nada que ver con la democracia, que solo tienen que ver con el egoísmo, la prepotencia y la ambición de continuar dominando y subordinando a las potencias coloniales y neocoloniales».
El gobierno de Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, el 15 de noviembre de 2021, en unísono impusieron sanciones contra funcionarios de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo por violar los derechos humanos en Nicaragua. El régimen recibió tres golpes en un mismo día.
Estas medidas de la comunidad internacional se dieron una semana después de la «farsa» electoral en Nicaragua, donde Daniel Ortega por cuarta vez consecutiva se reeligió como presidente del país, y segunda en fórmula con su esposa, Rosario Murillo.
Más de 30 países calificaron de «ilegítimas» las elecciones presidenciales de Nicaragua y desconocieron los resultados que emitió el Consejo Supremo Electoral (CSE), dando como ganador al Frente Sandinista y otorgándole 75 diputaciones en la Asamblea Nacional.
Con estas acciones, la comunidad internacional pretende presionar al régimen de Ortega y Murillo para restaurar la democracia y el respeto a los derechos humanos.
De igual forma, le demandan a la administración de Ortega liberar a los más de 160 ciudadanos que permanecen cautivos en las cárceles de Nicaragua y que se reestablezcan los derechos civiles y políticos de estas personas.