Decenas de nicaragüenses madrugaron este sábado, cuatro de noviembre, para aplicarse la segunda dosis contra el CVID-19 en Honduras. Las autoridades informaron que este es el último día para que sus vecinos que recibieron la primera inyección hace un mes completen la pauta.
La mayoría de nicas continúan entrando de forma irregular, sin embargo, una fuente consultada por Artículo 66 detalló que los nicaragüenses que ya se aplicaron la primera dosis pueden entrar por la frontera, solo presentando la tarjeta de vacunación.
Noticia relacionada: Honduras reanuda vacunación contra el COVID-19 para nicaragüenses
Los puestos de vacunación asignados para este día están ubicados en la frontera de El Guasaule y Fraternidad. Según fuentes, la jornada de inoculación inició pasada las nueve de la mañana. «Las filas son interminables, pero poco a poco se va avanzando», refirió un ciudadano consultado .
Por su parte, autoridades de la Secretaría de Salud de Honduras resaltaron que los nicaragüenses que no se apliquen la segunda dosis del inoculante podrán acudir Almacén de Biológicos, ubicado en el municipios de Choluteca.
Una fuente médica indicó que «hoy más que nunca» las personas se deben vacunar contra el COVID-19, debido a la nueva variante Ómicron «que asecha a varios países, obligándolos a volver a extremar medidas de bioseguridad.
La jornada de vacunación contra el SARS-CoV-2 a ciudadanos de Nicaragua, inició el 21 de octubre. Miles de nacionales tuvieron que madrugar e ingresar por puntos ciegos para aplicarse el inoculante sin ninguna restricción migratoria.
Noticia relacionada: Honduras suspenderá temporalmente la vacunación contra el COVID-19 a nicaragüenses
Los nicaragüenses para completar su esquema de vacunación deben presentar a las autoridades de salud hondureñas su tarjeta, que debe tener la fecha exacta que le toca la segunda dosis, y cédula de identidad.
La mayoría de personas que se movilizan para vacunarse en Honduras es la población joven nicaragüense en busca de inocularse con dosis de Moderna o Pfizer, debido a la desconfianza de las inyectables cubanas y rusas que el Ministerio de Salud de Nicaragua designó para este grupo poblacional.