Monseñor Carlos Herrera Gutiérrez, de la Orden de Frailes Menores, fue ordenado sacerdote el 10 de enero de 1982 en la Iglesia San José de la ciudad de Matagalpa, de manos de monseñor Julián Barni, en plena dictadura sandinista. Desde el 24 de junio de 2005 recibió la ordenación episcopal para presidir la Diócesis de Jinotega, cargo que ostenta desde hace 16 años.
Ahora fungirá como nuevo presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) por los próximos dos años, en sucesión del cardenal Leopoldo José Brenes Solórzano, arzobispo de Managua.
Ingresó en la orden Franciscana de Frailes Menores en 1973, realizó su postulado en ese mismo año en Costa Rica, su noviciado en Guatemala en 1974. Emitió sus primeros votos religiosos en enero de 1975. La profesión solemne (votos de pobreza, castidad y obediencia) fue el 6 de enero de 1980 en la Iglesia San Rafael del Norte, con la presencia del siervo de Dios, Fray Odorico D’ Andrea.
El obispo de Jinotega, monseñor Carlos Herrera, es licenciado en Teología Litúrgica por el Instituto Filosófico Salesiano de Guatemala, de 1975-1977 y el último año lo estudió en el Seminario Mayor Nuestra Señora de Fátima de Managua en el año 1981, al año siguiente fue ordenado sacerdote. Además, hizo un curso de Especialización en pastoral Familiar en Colombia en el año 1994 y un diplomado en Teología Pastoral en 2004 en Colombia.
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En la Provincia Franciscana de Nuestra Señora de Guadalupe de Centro América y Panamá, se desempeñó como guardián o superior de algunas Fraternidades, fue definidor provincial de la misma provincia y confesor de Las Hermanas Clarisas de Ciudad Darío.
Monseñor Herrera fue párroco de diferentes iglesias en los departamentos de Managua, Juigalpa, Matagalpa, León y Jinotega. También fungió como director de colegios católicos y fue miembro del Consejo Prebisteral de la Arquidiócesis de Managua.
El nuevo presidente de la CEN, también encargado de Cáritas, el brazo social de la Iglesia católica, denunció en 2019 que el régimen de Daniel Ortega bloqueó el ingreso de las donaciones internacionales, incluido el vino para consagrar, el que se usa en las eucaristías. Monseñor Carlos Herrera en 2020 expresó su preocupación por la propagación y mortandad de la pandemia del COVID-19 en las zonas rurales del país.
Previo a las cuestionadas elecciones del siete de noviembre de 2021, aseguró que no había mucho «ánimo» en la feligresía por el proceso electoral. Manifestó que algunos fieles le comentaron que «no hay opción» para escoger a sus representantes y que esta situación los empuja a la migración. Monseñor Herrera dijo en su momento que «no existen garantías» para que, en el país, se realizaran unas elecciones libres, justas, transparentes y competitivas. El obispo criticó que los nicaragüenses viven con «temor, desconfianza e inseguridad» sobre el futuro del país.