El régimen de Daniel Ortega congeló los precios del gas licuado y combustibles los cuales habían subido de forma exorbitante golpeando la economía de las familias nicaragüenses, pero, con el congelamiento de sus precios estos no aumentan ni tampoco bajan sus costos. De esta manera continuará elevado por un largo periodo. Esta decisión fue informada a través de un escueto comunicado.
El informe del Ministerio de Energía y Minas (MEM) y el Instituto Nicaragüense de Energía (INE) solo indicó que, «para proteger la economía y la vida de las familias, el presidente de la República ha decidido no aplicar las alzas constantes, derivadas del movimiento de los precios internacionales del petróleo y sus derivados».
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Los datos publicados por el INE reflejan que el alza del gas butano, el cual es utilizado en la mayoría de los hogares, se ha mantenido en constante incremento al igual que los combustibles.
En lo que va del año, el precio del gas para cocinar ha registrado 19 alzas y cuatro bajas en lo que va del año, según las estadísticas publicadas por el INE. Con esta nueva medida, el cilindro de 25 libras se venderá a 457.25 córdobas, el cilindro de diez libras a 188.50 córdobas y el de 100 libras a 2,102.75 córdobas, todos estos precios son únicamente en Managua, ya que en los departamentos pueden variar el alza del gas butano.
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La decisión de mantener los precios congelados llega después de alzas consecutivas y ahora se establece en su precio más alto para mantenerse así por un periodo aún no determinado. Algunos especialistas han asegurado que este congelamiento podría durar hasta inicios de 2022.
Los precios de este producto han aumentado el valor de la canasta hasta unos 17 mil córdobas, cuando los ingresos de los nicaragüenses van en decaimiento con salarios estancados. Todo esto sumado a la crisis sociopolítica y la pandemia que azota el país dificultando la capacidad de las familias para acceder a los alimentos.