«Este siete de noviembre quedémonos en la casa», ese es el título de un video que circula en redes sociales, donde organizaciones opositoras al régimen de Daniel Ortega llaman a los nicaragüenses a no participar en las cuestionada elecciones generales en donde Daniel Ortega pretende reelegirse por cuarto periodo consecutivo.
En el videoclip que fue producido en Costa Rica, participaron cantautores nacionales e integrantes de diferentes organizaciones en el exilio. Aparecen con cubrebocas, máscaras folclóricas y otras de mártires del las protestas de 2018. A través de la canción piden al pueblo de Nicaragua no salir de sus casas en señal de rechazo al proceso viciado montado por el orteguismo.
«Quedémonos en la casa, quedémonos en la casa este siete de noviembre, no hay por quién votar. Quedémonos en la casa, quedémonos en la casa, porque han secuestrado nuestro derecho a elegir», dice la canción.
En cuanto a la crisis sanitaria por el COVID-19, los opositores no perdieron tiempo e hicieron protesta con mascarillas y uso de alcohol gel para hacer conciencia al autocuido. El mal manejo de la pandemia por parte del régimen también ha sido criticado a nivel nacional e internacional.
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Según el cantautor nicaragüense Mario René Ruiz, esa iniciativa engloba el clamor del pueblo nicaragüense que exige verdaderos procesos cívicos. «Somos muchos los artistas que hemos decidido no salir a votar, hasta que hayan verdaderas elecciones con candidatos verdaderos», remarcó.
Mientras se acortan los días para las elecciones presidenciales en Nicaragua, las protestas y el rechazo a ese proceso se hacen más evidente en varias partes del mundo. Denuncian los encarcelamientos a opositores, a los partidos colaboracionistas y el estado de sitio impuesto en el país.
«Mi voto yo no lo boto, porque de todas maneras ni aparezco en el padrón, y la Zoraida que tiene una fritanga dice que se va a quedar en su casa para no prestarse a esa farsa. Y la palabra del pueblo no la pueden secuestrar», concluye la canción con toque pinolero.
El orteguismo ha encarcelado a 39 nuevos presos políticos electorales y ha descabezado a dos partidos de oposición, lo que críticos a la dictadura atribuyen al escenario perfecto para implantar un «nuevo fraude electoral».
