Después de la fallida promesa de producir las vacunas rusas contra la COVID-19, Sputnik V y Sputnik Light, Laureano Ortega, hijo de la pareja dictatorial de Nicaragua, anunció que en el laboratorio de la planta Méchnikov se realizan las pruebas necesarias para iniciar la elaboración de la vacuna CoviVac, también de origen ruso.
«Estamos dando inicio a las etapas de pruebas para la producción de una vacuna (CoviVac) contra el coronavirus aquí en Nicaragua. A partir de hoy se está recibiendo la materia prima para este producto e iniciar el periodo de pruebas en el laboratorio del Instituto Méchnikov y esperamos ya en el próximo año poder iniciar la administración de esta vacuna a la población nicaragüense, para la salud y la vida», explicó el sancionado Laureano Ortega, asesor para las inversiones de PRONicaragua.
Las pruebas y supuesta producción de la vacuna contra el COVID-19 estarán a cargo del Instituto Méchnikov en Nicaragua en coordinación con el Instituto Chumakov de Rusia.
Ortega Murillo afirmó que sus padres apuestan por mantener las relaciones con Rusia y producir la vacuna CoviVac para aplicarla a los nicaragüenses y distribuirla también a los «hermanos» de los países centroamericanos y de Latinoamérica.
Según el hijo de Ortega y Murillo, están «creando niveles de desarrollo en la farmacéutica» al anunciar la producción de la vacuna, pero al final podría ser otro de los proyectos que jamás ejecutan y solo quedan en anuncio y papel.
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El embajador ruso en Managua, Alexander Khokhólikov, se mostró menos optimista que Ortega Murillo sobre el anuncio al asegurar que al incrementar las capacidades del Instituto Méchnikov se podrán producir «varios millones de dosis de este fármaco (CoviVac) para el bien de la población nicaragüense».
Este miércoles, 20 de octubre, arribó a Nicaragua un lote de 1 millón 200 dosis de vacunas cubanas Soberana 02 y Abdala para inyectar a los niños y adolescentes de 2 a 17 años. Dicha vacuna no está aprobada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), las de origen ruso tampoco han recibido el visto bueno del organismos sanitario mundial.