Los campesinos exiliados en Costa Rica realizaron un plantón este viernes, primero de octubre, frente a las instalaciones de la Organización de Estados Americanos (OEA) ubicada en el país vecino, demandando elecciones libres, libertad para los presos políticos y libertad de prensa en Nicaragua.
La líder campesina del Movimiento Anticanal Francisca Ramírez se movilizó con un grupo de campesinos desde la comunidad de Upala hasta la capital San José, de Costa Rica, se plantaron con parlantes y pancartas a demandar más acciones por parte de la comunidad internacional, y que se declaren ilegítimas las próximas elecciones del siete de noviembre.
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«Lo que hay es una farsa, elecciones que son ilegítimas como también ilegítimo que estén los presos políticos, como ha sido ilegítima la Ley 840 que hizo en el 2013 y también todo el despojo a los medios de comunicación, también el despojo que hace a las ONG, a los medios de prensa de Nicaragua y a un pueblo que está secuestrado. Entonces hemos venido hoy a hacer un pronunciamiento», expresó la líder campesina durante el plantón.
Los campesinos se presentaron ante la sede con un documento en el que resaltan que Ortega ha hecho todo lo contrario a las recomendaciones de la OEA y la comunidad internacional en general, que ha denunciado los crímenes del régimen y la «farsa electoral» que están montando. Afirman que en vez de crear condiciones para un proceso electoral honrado, decidió robarse las elecciones desde antes, reprimir a todo el país y apresar a todos los posibles contrincantes. En lugar de resolver la crisis política, inventó leyes para cerrar partidos, medios de comunicación y organizaciones sociales.
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«Estamos aquí para decirles que nunca aceptaremos vivir como presos políticos. Exigimos la libertad de todos los reos políticos. Venimos aquí para decirles que en Nicaragua no hay proceso electoral y que lo que habrá el 7 de noviembre será un circo, una vergüenza, y que el pueblo digno no participará. Haremos un paro popular. No aceptaremos esos supuestos resultados y que ustedes también, señores de la OEA, no deberían de reconocer a unos gobernantes ilegítimos. Estamos aquí para decirles que los campesinos nacimos libres como el viento y que nunca aceptaremos vivir bajo una dictadura, sin derechos políticos, sin derecho a pensar, a reunirnos, a organizarnos y protestar, y sembrar nuestras tierras en paz», concluye el documento entregado a la OEA.
La represión de Ortega solo ha dejado como consecuencia una nueva ola de exilio en Centroamérica con más de 100 mil nicaragüenses obligados a salir de su país en busca de su seguridad, otros se exilian debido a la crisis económica que cada vez se agudiza más en Nicaragua.