Nicaragua dio inicio este sábado a la campaña electoral para los comicios del 7 de noviembre, que estará marcada por la pandemia, la detención de varios candidatos presidenciales, la escasez de propaganda y el predominio de símbolos sandinistas, cuyo líder, el mandatario Daniel Ortega, busca otra reelección.
Contrario a la tradición electoral, este año solamente uno de los partidos políticos en contienda realizó una concentración, no hubo caravanas, ni caminadas, pues las siete organizaciones se comprometieron en la víspera a desarrollar sus campañas totalmente de forma digital, para evitar contagios de covid-19.
En la justa electoral compiten el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), partido de Gobierno, así como el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), el Partido Liberal Independiente (PLI), la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN), Camino Cristiano Nicaragüense (CCN), la Alianza por la República (Apre), y Yatama (Hijos de la madre tierra, en lengua miskita), este último solamente en la Costa Caribe.
Mientras el FSLN busca ganar con Ortega, el PLC lo hace con el diputado y exvendedor ambulante Walter Espinoza, el PLI con el diputado Mauricio Orúe, ALN con el abogado Marcelo Montiel, el CCN con el reverendo y antiguo aliado sandinista Guillermo Osorno, Apre con el joven Gerson Gutiérrez Gasparín, y Yatama con el diputado indígena Brooklyn Rivera.
En el actual proceso electoral, las autoridades nicaragüenses han arrestado y acusado a más de una treintena de dirigentes opositores, entre ellos a los aspirantes presidenciales Cristiana Chamorro, Arturo Cruz, Félix Maradiaga, Juan Sebastián Chamorro, Miguel Mora, Medardo Mairena y Noel Vidaurre.
Noticia relacionada: Inicia campaña electoral en Nicaragua: «No nos quieren dejar hacer nada»
Otros dos políticos de la oposición que anunciaron sus intenciones de aspirar a la Presidencia, María Asunción Moreno y el exlíder de la «Contra» Luis Fley, abandonaron Nicaragua alegando razones de seguridad.
De momento las autoridades no han acreditado a ningún organismo de observación electoral.
Sectores de la oposición, como la Unidad Nacional Azul y Blanco, han tildado de «farsa» los próximos comicios y pedido a Occidente desconocer sus resultados.