La Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la CIDH concluyó que en Nicaragua «no existe en la actualidad ningún tipo de garantías para el ejercicio de la libertad de expresión» y que en el país hay 65 periodistas en «situación de altísimo grado de vulnerabilidad y riesgo», al mismo tiempo identificaron 10 patrones para la censura, ejecutados por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Desde la crisis sociopolítica de abril 2018, el periodismo nicaragüense ha estado en la primera línea para informar sobre los sucesos que han marcado la historia reciente del país. Los hombres y mujeres de prensa han sufrido asedio, persecución, amenazas, cárcel, juicios y asesinatos.
«Pese a todo siguen existiendo esfuerzos importantes y valientes del periodismo por mantener informada a la sociedad nicaragüense y esto debe ser respaldado por la comunidad internacional», resaltó Pedro Vaca, relator especial de la CIDH para la libertad de expresión.
Estos son los diez 10 patrones que usa el régimen Ortega-Murillo para censurar a los medios de comunicación y periodistas independientes, identificados por la CIDH:
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1. Señalamientos criminalizantes y discurso estigmatizante: Esto proviene de altos funcionarios contra la prensa, es una de las herramientas más frecuentes de la estrategia represiva.
2. Ataques y restricciones ilegítimas a los medios de comunicación: Estos incluyen allanamientos y confiscación de sus instalaciones, retención de materia prima, destrucción de equipos y activación de procesos judiciales con el fin de suspender sus publicaciones.

3. Aviso judicial contra periodistas: La Fiscalía de Nicaragua citó a 40 reporteros y directores de medios de comunicación en el marco de la causa mediante la cual se persigue a la aspirante presidencial Cristiana Chamorro por presunto lavado de dinero. Esta arremetida del gobierno es para intimidar y silenciar todo tipo de voz crítica y disidente. Otro tipo de acoso incluye las denuncias por injurias y calumnias contra periodistas que publican información de alto interés público.
4. Detención a periodistas: La mayoría de los procesos judiciales han sido acompañados de detención a periodistas, directivos de medios de comunicación y personas que formaban parte de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro.
5. Autocensura, el exilio de periodistas: Estos mecanismos han culminado en el exilio de numerosos trabajadores de prensa por miedo a inminentes detenciones, ataques y amenazas.
6. Leyes regresivas a la libertad de expresión: La Asamblea Nacional controlada en gran medida por el oficializamos, ha aprobado una serie de leyes que legitiman prácticas abusivas e imponen restricciones severas a la libertad de expresión, reunión y asociación.

7. Cierre de espacio cívico: En Nicaragua presenciamos un drástico cierre del espacio cívico, parte del personal médico ha sido perseguido por brindar información sobre la pandemia y varias organizaciones de la sociedad civil han cesado sus actividades por las amenazas de suspensión de su personería jurídica.
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9. Impedimento de la cobertura de los actos oficiales: En Nicaragua se pide a diario que la prensa realice su trabaja de forma segura, libre e independiente y entre otras cosas, se elimina cualquier posibilidad de cobertura periodística a los actos oficiales.
9. Control y vigilancia: Estas herramientas de censura han impactado severamente al periodismo, en gran medida porque también van acompañadas de una serie de mecanismos de control y vigilancia constante a la prensa que incluye el asedio policial a sus viviendas, lugares de trabajo, agresiones físicas, amenazas y allanamientos.
10. Temor generalizado de participación: De forma deliberada el concurso de todos los poderes público ha instalado un ambiente de miedo y autocensura. Hay un temor generalizado de participación y de ejercicio de la libertad de expresión en asuntos público y cruciales en un año electoral. Muchas y muchos periodistas han decidió bajar su exposición y han dejado de firmar sus artículos por miedo de sufrir represalias. También sus fuentes que tienen temor a brindar información por miedo a sumarse a la lista de perseguidos que aumenta a diario.
La CIDH ha condenado la impunidad generalizada y el prolongado quebrantamiento de la institucionalidad democrática por ello ha exhortado al Estado a adoptar medidas urgentes para la superación de la crisis. «La libertad de expresión debe ser una prioridad en la búsqueda del restablecimiento del pleno estado de derecho en Nicaragua», señaló Vaca.