En el contexto de la pandemia y ante un notable incremento de casos de Covid-19, en menos de 24 horas fallecieron dos sacerdotes de la Iglesia Católica. Se trata de los curas Julio César Melgar Cruz, de la Diócesis de Estelí; y Uriel Sandi Gutiérrez, titular de la Parroquia María Inmaculada en el barrio Altagracia, en la zona occidental de la Arquidiócesis de Managua.
El padre Uriel Sandi fue internado en el Hospital Bautista el pasado siete de agosto, estaba delicado y los feligreses de su parroquia organizaron una colecta para cubrir los gastos médicos de hospitalización.
La iglesia compartió esta iniciativa en su página de Facebook, con el propósito que la feligresía y conocidos donen a esta causa, pero el sacerdote ya no se recuperó. «Nuestro párroco el presbítero Uriel Sandí se encuentra internado el Hospital Bautista desde el sábado 7 de agosto. Por lo que solicitamos ayuda a toda la feligresía y personas de buena voluntad a que nos colaboren primeramente con sus oraciones y también con algún aporte económico», detallaba el comunicado.
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El 30 de julio de 2020 falleció en el Hospital Bautista de Managua el sacerdote Jaime Valdivia Pinell, fundador de la orden de Monjes Contemplativos Albertinianos, de la ciudad de Estelí, después de presentar complicaciones relacionadas al COVID-19. El presbítero fue enterrado al día siguiente en el monasterio de la orden a la que él pertenecía.
El 14 de junio de 2021 falleció el padre Juan Domingo Gutiérrez Álvarez, vicario de la parroquia San Agustín de Managua y director del Ministerio Amigos de Jesús y María (MAJM), fue una de las 165 personas detenidas en marzo de 2019. Lo trasladaron a la cárcel del Complejo Judicial Evaristo Vásquez, cuando se encontraba orando por los manifestantes que protestaban en carretera a Masaya. Fue liberado tiempo después por la mediación del nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag.
El 15 de julio pasado falleció el sacerdote Pablo Espinoza, párroco en el municipio de Rancho Grande y canciller de curia en el departamento de Matagalpa. Su deceso fue confirmado por el obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez, quien indicó que su entierro se debía hacer «de forma inmediata», sin ahondar en las causas de su muerte.
En junio pasado, la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) confirmó que el obispo emérito de la Diócesis de León, monseñor César Bosco Vivas Robelo, murió por Covid-19, al igual que otros sacerdotes y religiosos.
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“Como Iglesia (católica) hemos perdido, víctimas del Covid-19, a nuestro querido hermano monseñor Bosco Vivas Robelo, obispo emérito de (la diócesis de) León y, en toda la Provincia Eclesiástica, hermanos sacerdotes, religiosos y religiosas, e innumerables fieles comprometidos con el trabajo pastoral, contagiados en el servicio a sus hermanos”, afirmó el Episcopado en un mensaje pastoral.
Los obispos de la CEN exhortaron, en diversas ocasiones a los fieles católicos a cuidar sus vidas «guardando las medidas sanitarias, el distanciamiento social y el uso de mascarilla (…) observando los protocolos de bioseguridad en las celebraciones litúrgicas con presencia de fieles y manteniendo viva la confianza y la fe».
El Ministerio de Salud (Minsa), reporta entre el tres y el 10 de agosto 398 casos positivos de Covid-19, registrando un nuevo repunte de la enfermedad, aunque no lo reconoce.
Así también se irán muriendo las ratas de artiCULO666 servidores de satanás!
Como es que se mueren los curas sino salen ni predican no dan midas y estan confinados, xomo2 se contagian de Covid-19