Monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, se pronunció a través de su cuenta de Twitter acerca de la agudización de la crisis política que vive Nicaragua. «La situación de #Nicaragua es muy preocupante», señaló.
El religioso apuntó en que la dictadura arrecia la represión cada día y está dispuesta a todo para impedir elecciones libres, sin embargo llamó a que «no perdamos la esperanza. Creamos en la fuerza de la verdad y de la solidaridad y mantengámonos unidos. ¡Dios bendiga a Nicaragua!».
Posterior, en la homilía de este domingo, seis de junio, desde la iglesia Santa Agatha, en Miami, Estados Unidos, Báez habló de la Última cena de Jesucristo e indicó que «cuando nos sentimos abatidos ante la fuerza del mal, la presencia de Cristo Resucitado en la eucaristía nos renueva la esperanza».
Y en alusión a la situación que atraviesa el pueblo nicaragüense, el religiosos agregó que «el mal no tiene la última palabra, los injustos y violentos no prevalecerán, Dios hará justicia a las víctimas y nos dará a todos la vida para siempre».
En referencia a los pasajes bíblicos, Monseñor Báez expresó que «el amor de Jesús en la eucaristía sana las heridas del corazón, nos unifica interiormente, nos hace fuertes en la debilidad y nos convierte al amor (…) El Papa Francisco nos ha recordado que la eucaristía no es un premio para los perfectos, sino un generoso remedio y un alimento para los débiles. La eucaristía es el pan del camino para quienes nos cansamos, caemos y nos extraviamos».
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«Cuando acogemos a Jesús en la eucaristía nos convertimos en un pedazo de pan siempre dispuesto a llevar consuelo a los que sufren y esperanza a quienes están desalentados», concluyó el obispo.
Llama a orar por Nicaragua
Monseñor Silvio Báez, quien vive un exilio desde el 2018, llamó a orar por Nicaragua, «que está pasando uno de los momentos más oscuros, más complejos de estos últimos tres años tan terribles».
«Te pedimos señor por el pueblo de Nicaragua, en estos momentos tan difíciles y oscuros, que no prevalezca el poder de los malvados. Dale a este pueblo Señor que te ama, una esperanza fuerte y concédele la gracia de permanecer unido en estos momentos».
Tanto monseñor Leopoldo Brenes, como el obispo Rolando Álvarez y ahora el obispos auxiliar de la arquidiócesis de Managua, Silvio Báez, coincidieron en su respectivas homilías, en que los nicaragüenses deben de trabajar por la unidad y por la reconstrucción de una nueva Nicaragua, pese a que la dictadura de Daniel Ortega está trabajando por la desunión y confrontación.