Las autoridades de la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI) aceptaron que en esa casa de estudios hay brotes de contagio de COVID-19. A través de una circular, firmada por la directora de Talento Humano, María Giselle Herrera, se informó que en el presente mes, estudiantes de las diferentes carreras, familiares, personas trabajadoras y personal, han sido afectados por la pandemia.
En el comunicado con fecha del viernes, 23 de abril, se orientó al personal de áreas académicas y administrativas incrementar «a lo interno de la universidad el cumplimiento estricto de las medidas básicas de prevención orientadas de manera reiterada por el Minsa».
Entre las medidas que a partir de la fecha es obligatorio cumplir están el uso obligatorio de mascarillas, lavado de manos, aplicación constante de alcohol, distanciamiento. Además afirman que están prohibidas las aglomeraciones. Según una fuente académica, es la primera vez que la administración de la UPOLI emite una circular y asevera que es obligatorio el cumplimiento de las indicaciones.
«Las medidas de prevención siempre han estado presentes en la UPOLI, hasta se toma la temperatura a todas las personas que ingresan, pero llama la atención que esta vez hay una circular tan tajante que prohíbe a todo el personal andar en los pasillos sin tapaboca, pero esas medidas se deben a los brotes de contagio».
Pese a que la universidad reconoce que en sus instalaciones hay casos de coronavirus y que pueden incrementar si no se toman medidas estrictas, la administración no se decide a sustituir las clases presenciales por virtuales, mas bien obliga a los docentes de áreas a «garantizar el cumplimiento» de las orientaciones preventivas.
Secretaria académica contagiada con COVID-19
Una fuente de la universidad Politécnica de Nicaragua confirmó a Artículo 66 la veracidad de la circular y dijo que son numerosos los casos de contagios de COVID-19 en estudiantes y personal docente; además refirió que hace aproximadamente 20 días, la secretaria académica de la decanatura de Administración y Comercio resultó contagiada y actualmente está en cuarentena.
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«Además de la secretaria, se sabe de dos personas más que son del personal administrativo y de unos estudiantes que también resultaron contagiados. La UPOLI ha mantenido estos casos de forma sigilosa, pero fue hasta el día de ayer (viernes) que nos sorprendió la circular».
Para otro docente consultado por este medio de comunicación, las autoridades académicas han actuado con negligencia, porque el personal del área donde estaba la secretaria que resultó contagiada, sigue trabajando, «lo idóneo hubiera sido que todo el personal haya ido a cuarentena, pero no fue así, lo que ocasionó que otros dos trabajadores de esa área resultaran afectados».
Por temor a represalias de UNEN no suspenden clases
La fuente anónima afirmó que en esa casa de estudios hay brotes de contagio, pero que la administración y los integrantes de la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN) minimizan esta situación y se niegan a suspender las clases presenciales.
«La UPOLI recibe el 6% constitucional, lamentablemente la Universidad no puede cancelar las clases porque detrás está la gente de UNEN. Hoy en día en todas las universidades hay un secretario político, que en conjunto a los de UNEN les hacen cualquier alboroto a los rectores», denunció.
Según la fuente anónima, una de las acciones que UNEN está haciendo para evitar que los estudiantes del turno sabatino y dominical reciban clases en línea y así evitar brotes de contagio, les llevan almuerzo. «Esto es como en la vieja Roma: a la plebe dale pan y circo y va de viaje la plebe».
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Los consultados lamentan no poder tomar la decisión de no ir a la universidad para evitar contagios por temor a ser despedidos. «Lo único que podemos hacer es mantener la distancia, salir de la oficina lo menos posible y hacer usos de las medidas orientadas», concluyó la fuente que asegura que llegar a las aulas es un riesgo, porque pone en peligro a sus familiares.
Con el fin de reflejar una normalidad inexistente, la dictadura de Daniel Ortega ha ordenado desde del primer caso de la pandemia del COVID-19, no cancelar las clases, poniendo en peligro a toda la comunidad educativa.