El 15 de diciembre de 2020, el ciudadano Julián Calero, de 84 años, originario de la comunidad Honduras Azul, del municipio de Condega, del departamento de Estelí; murió luego de estar internado en el Hospital San Juan de Dios de esa ciudad, desde el 12 de ese mes por problemas asociados al COVID-19.
Reyna Calero, hija del fallecido, dijo a Artículo 66 que la información de que su padre dio positivo a COVID-19 fue notificada por vía telefónica por el director del hospital de Condega, doctor Gamaliel Arróliga. Sin embargo, en el acta de defunción indicaron otras causas.
«Mi padre fue ingresado el 12 de diciembre en el hospital de Condega, sin embargo ese mismo día fue trasladado al hospital de Estelí, luego el 13 del mismo mes, le hicieron la prueba del COVID-19, y el director del hospital de Condega llamó a una de los familiares de mi papá (Julián Calero) diciendo que había dado positivo, por lo que fue trasladado a la sala de aislamiento donde permaneció hasta el 15 que fue cuando falleció», señaló Reyna Calero.
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La hija de la víctima agregó que luego de la muerte de su padre las autoridades del centro hospitalario de Estelí negaron el acta de defunción y que únicamente llegaran con el ataúd para entregar el cuerpo. Fue hasta el seis de enero de 2021 que por insistencia de la familia se la entregaron, donde se indicaba que el deceso fue a causa de un Shock séptico, fibrotórax infectado y enfermedad pulmonar obstructiva crónica
«Las autoridades del hospital de Estelí al entregar el acta de defunción, se supone que una vez muerta la persona, se le entrega de forma inmediata a la familia, pero no fue así, lo peor es que la fecha del acta tiene la fecha del 15 de diciembre de 2020, quiere decir que ya la tenían lista, pero no querían entregarla», reprochó.
Además, explicó que al cuestionar a las autoridades del hospital que por qué no habían agregado en el acta que el fallecimiento fue por COVID-19, el subdirector del hospital de Estelí, doctor Elvis Brenes «expresó que eso es confidencial».
«Mi papá tenía varios padecimientos crónicos, pero fue el coronavirus el que lo llevó a la tumba, sin embargo las autoridades del Minsa (Ministerio de Salud) niegan que murió por COVID-19». Calero también denunció que el cuerpo de su padre fue entregado sin ningún tipo de medidas higiénicas. «A nosotros no nos indicaron qué medidas de protección íbamos a tomar para sepultar a mi papá, fue por iniciativa de la misma familia que decidimos sepultarlo el mismo día».
Denuncian maltrato a familiares
Por su parte, el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca+ denunció que Jorge Calero, hijo de la víctima, informó que solicitaron a las autoridades del centro hospitalario de Estelí que les practicaran la prueba del COVID-19, «pero les respondieron que solo realizan una prueba por familia».
«El señor Calero indignado señala que el trato que recibió su papá y ellos como familiares fue inadecuado, sufrieron malos tratos por parte del personal de salud que les afectaron moral y sicológicamente», añadió el Colectivo de Derechos Humanos.
Yader Valdivia, defensor del Colectivo, detalló que están acompañando a la familia Calero en la denuncia de este caso. «Condenamos el actuar negligente del Ministerio de Salud, al no brindarle un protocolo a una familia que se le informó sobre el fallecimiento de un familiar por COVID-19».
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«Como nicaragüenses nos solidarizamos con las familias que han perdido a familiares por coronavirus y pese a esta pandemia no se deben dejar a un lado los derechos humanos, las personas tienen derecho a conocer la verdad sobre la causa de muerte de un familiar y no entregar días después el acta de defunción, en donde además establecen otra causa de fallecimiento», concluyó el defensor.