El futuro de los prisioneros políticos del régimen de Daniel Ortega todavía «no ve la luz» porque en un momento crucial, como el presente año de elecciones, los presos serán utilizados como «instrumento de intercambio» para intentar legitimar el proceso, señalan analistas politicos.
«Son parte de un ajedrez político: Vamos a irlos liberando en medio del proceso para ganar méritos ante la opinión pública que se conmueve cada vez que se libera a un preso político», manifestó el analista Bosco Matamoros.
El exdiplomático explicó que la situación de los encarcelados «es un mensaje trágico que el presidente (Daniel) Ortega le manda al país» con una visión del mundo trasnochado que apuesta a ganarse la «confianza» ante la comunidad internacional al ir moviendo las piezas. «Son métodos stalineanos, quizás no tan duros como en la época de (Josef) Stalin, pero el tratamiento de los prisioneros, a todas luces es evidente que se les quiere usar como un intrumento de intercambio», declaró.
El politólogo José Antonio Peraza coincide y añade que «el régimen va a usar a los presos no solo como moneda de cambio, sino para dividir». Ortega «quiere utilizar esa carta para dividirnos y para decir que no se puede avanzar hasta que salga (de la cárcel) el último (prisionero) y el tiempo va avanzando», apuntó Peraza, quien rechaza una campaña de abstencionismo condicionada por la liberación de presos políticos.
«La mejor garantía de que saque a los presos políticos es que haya una votación masiva y sepultemos al régimen. Hay que hacer todos los esfuerzos para ir a la vía electoral. Yo creo que hay que ir a la vía electoral y si las condiciones no están, simplemente en última instancia, no se va a ir», señaló.
Los asuntos «urgentes» de la oposición deben ser el establecimiento de una unidad o alianza electoral de la oposicón, en qué casilla participaría, qué tipo de alianza, y qué tipo de reformas electorales dará el régimen, explicó. «Mayo es la fecha límite, pero eso lo sabremos antes», indicó, agregando que «esos cambios tienen que ser platicados, enviando invitación a los organismos internacionales para que observen las elecciones, cambios en el Consejo Supremo Electoral; quiénes van a participar en el proceso de negociación, nuevos magistrados».
Pese al panorama restrictivo que limita la participación política de la oposición, el también miembro del Grupo Promotor de Reformas Electorales (GEPRE) manifestó que Ortega «va ir midiendo sus tiempos y capacidades».
«Si él ve que la oposición no le representa nigún peligro, pues la va a dejar correr más porque no le sirve; si él ve que la oposición le va creciendo mucho y hay un liderazgo que se destaque, pues va a tratar de inhibirlo» bajo el riesgo de que «si inhibe candidatos legítimamente electos y que tienen arrastre popular, invalida inmediatamente cualquier opción política».
Matamoros opina que no es el momento de candidaturas o de buscar casillas. Comparte que «la coyuntura impone que todas las energías las concentremos en el proceso de reformas electorales».
Mayo es el punto muerto
«De aquí a mayo podemos decir si o no la situación es aceptable el entorno político (…) tenemos plazos cruciales de aquí a mayo; de mayo en adelante constituir esa coalición, anunciar plan de nación, por el momento no se han dado esas condiciones».
Coincide que se requiere de un garante internacional que pueda certificar que ese proceso de reforma electoral satisface los estándares internacionales «como la Organización de Estados Americanos (OEA), Centro Carter, Unión Europea, porque ha habido un asalto a la institucionalidad, donde han habido muchísimos cómplices».
«La continuación de este régimen con una elección que no sea aceptable para el país o la comunidad internacional nos va a sacar del sistema internacional. No es gobernable, ni es factible el proyecto internacional con la marca que existe actualmente. Este modelo que se ha tratado de implantar en el país, prácticamente ha colapsado», resaltó.