El bloque de organizaciones de familiares de presos políticos de Nicaragua pidió a la Organización de Estados Americanos (OEA) que no de «más tregua a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, perpetradores de crímenes de lesa humanidad en contra del pueblo» y también exigió que se libere antes del 15 de noviembre a los 113 ciudadanos encarcelados por oponerse al régimen.
La OEA realizará su asamblea general virtual el próximo 20 y 21 de octubre y previo a esa cita el Grupo de Secuestrados Políticos Unidos (GSPU), Organización de Víctimas de Abril (OVA), Comité Pro Liberación de Presos Políticos (CPLPP) y la Unión de Presas y Presos Políticos Nicaragüenses (UPPN) decidieron pronunciarse para ejercer presión al organismo internacional con el fin de que ponga sobre la mesa la constante represión que vive el país bajo un Estado que busca silenciar a las voces que lo adversan.
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Las agrupaciones nacional también abogaron por el cumplimiento de los acuerdos establecidos en la mesa de negociación en marzo de 2019, donde tras un primer diálogo fallido la administración Ortega-Murillo prometió frenar el acoso y hostigamiento y trabajar para llegar a acuerdos que garanticen elecciones generales en 2021 libres y transparentes, compromisos que solo se quedaron en papel, pues en Nicaragua la dictadura ha recrudecido la represión contra los opositores.
«Denunciamos el endurecimiento de la represión mediante la promulgación de leyes inconstitucionales que sepultan aún más el Estado de Derecho en Nicaragua. Esto solo evidencia el miedo y la desesperación de la dictadura ante su cada vez mayor aislamiento en el plano internacional, y el rechazo del pueblo a sus políticas de muerte, secuestros y miedo», resaltan en el comunicado que dieron lectura durante la conferencia de prensa de este jueves.

Los familiares de los reos recordaron que esos ciudadanos que están secuestrados en los penales llevan 16 días en huelga de hambre, protesta a la que se unieron 53 presos políticos, la que igualmente persigue «se les libere absolutamente de las cárceles de la dictadura donde las torturas, tratos crueles e inhumanos, enfermedades debido a las condiciones precarias de sanidad y la pandemia del COVID-19; así como el maltrato a nosotras no cesan; cada día que pasa su salud se deteriora más, ante la vista de todos los gobiernos democráticos del mundo», repudiaron.
Una de las participantes aseguró que los presos que están en huelga de hambre seguirán así «por tiempo indefinido. Están fuertes, aunque su estómago esté vacío», reiteró. «Los están presionando, porque si ellos no agarran el plato de comida que les exigen que lo agarren para tomarles una foto, los amenazan. Persisten las torturas sicológicas», agregó.
«Vivimos en dictadura»
Asimismo, llamaron a la OEA a que reconozca que Nicaragua vive en dictadura, ya que el secretario general de esa organización, Luis Almagro, se muestra ambivalente y evitara aceptar que el país está bajo un gobierno ilegítimo que se mantiene en el poder con el poder de las armas y sembrando el miedo en los ciudadanos. Por otro lado, solicitaron a los grupos de oposición que sean solidarios y honestos y que apuesten a una verdadera unidad.
A través de un comunicado emitido por la OEA este 15 de octubre, el organismo internacional expresó su condena a las persistentes violaciones de derechos humanos que ocurren en Nicaragua e hizo un llamado al régimen de Daniel Ortega a corregir las repetidas vulneraciones al Estado de Derecho y la alteración al orden constitucional.