La vicedictadora de Nicaragua, Rosario Murillo, culpó a los grupos opositores de acabar con la «concordia» que, según, ella prevalecía en el país hasta abril de 2018, cuando iniciaron las protestas en contra de la administración de turno. En su monólogo de este martes, primero de septiembre, la también primera dama aseguró que desde el gobierno se promueve «el amor, la paz y el bien», contrario a lo que señalan centenares de ciudadanos que se levantaron en contra del régimen orteguista por considerar a Daniel Ortega un dictador.
La vocera del régimen orteguista arrancó su discurso difundido a través de los medios oficialistas saludando el «mes patrio» y afirmó que en Nicaragua se privilegia «como tesoro, como patrimonio nacional, la concordia. Desgraciadamente, (la concordia) fue interrumpida por unas semanas en las que volvió a rugir la voz, metafóricamente hablando, del cañón, pero la voz de las armas, la voz del odio, la voz del desamor, que nadie quiere en Nicaragua».
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Murillo sostuvo que su gobierno promueve el cariño y el «bien de todos». Apeló al «respeto, amor al prójimo y derechos para todos», pese a que su mismo gobierno es el que impide a los ciudadanos manifestarse y alzar la bandera de su país, actos que son castigados por los Ortega-Murillo con prisión, hostigamiento o persecución.
Daniel Ortega y Julio César Avilés. Foto: 19 Digital.
Asimismo, felicitó al Ejército de Nicaragua, porque el próximo dos de septiembre cumplen 41 aniversario de fundación. A la institución, la alabó por un supuesto cumplimiento cabal de la Constitución Política de la República y afirmó que la fuerza castrense «atiende a todos, sin excepción, sin exclusión, o discriminación alguna, con orgullo patrio, cumplen con todas las tareas en todas sus especialidades».
Al Ejército el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos lo vincula con la entrega de armas de guerra a grupos paramilitares para atacar las manifestaciones opositoras y de no intervenir en el desmantelamiento de esos grupos, por ello, la administración de Donald Trump decidió sancionar al general Julio César Avilés, quien está al frente de esa institución.