Tal y como lo habían anunciado las autoridades costarricenses, en coordinación con organizaciones no gubernamentales, la mañana de este viernes, 31 de julio, se instaló la clínica móvil en la frontera de Peñas Blancas para proceder con la realización de pruebas de COVID-19 a los nicaragüenses que se encuentran varados desde hace dos semanas debido a la negativa del régimen de Daniel Ortega de permitirles su ingreso.
La Fundación Arias para la Paz detalló que la toma de estas muestras se está realizando tras obtener los fondos suficientes provenientes de organizaciones humanitarias «e individuos que respondieron al llamado de la Fundación y del Centro de Derechos Laborales, con la contribución de la Clínica Bíblica y bajo la coordinación del Gobierno de la República de Costa Rica».
El régimen de Daniel Ortega exige a los connacionales presentar la prueba negativa de COVID-19 para poder entrar a Nicaragua, misma que los ciudadanos no poseen y que se les dificulta adquirir por su elevado precio, considerando que su retorno se debe a la falta de empleo en el país del sur, provocado por la pandemia.
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La directora ejecutiva de la Fundación, Lina Barrantes, manifestó, a través de un comunicado, que con esta protocolo de emergencia sanitaria realizado por ese país «es cuando salió a flote la solidaridad de las y los costarricenses», donde la crisis de la pandemia «movilizó a individuos y organizaciones privadas a poner en práctica esa regla de oro de todas las religiones: el amor al prójimo».
Asimismo, Barrantes responsabilizó a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, de provocar esta crisis humanitaria en la frontera de Peñas Blancas. «Esta crisis tiene solo un culpable y es la dictadura Ortega-Murillo, quienes irrespetan los más sagrados valores universales de respeto a la dignidad humana».
Se tiene previsto que en el transcurso del día los especialistas en salud de Costa Rica continúen realizando los test a los connacionales y se espera que en el plazo de 48 horas estén listos los resultados que permitirán a los migrantes que den resultado negativo entrar a su país, después de más de 14 días acorralados en un rincón de la frontera sur, bajo un campamento improvisado con bolsas negras.