Parroquias cerradas, misas televisadas y sin fieles. Los nicaragüenses viven este Domingo de Ramos –fecha de inicio de la Semana Santa más atípica de la historia-, confinados en sus casas debido a la pandemia mundial del coronavirus, que según el conteo de las autoridades de salud del régimen de Daniel Ortega ha afectado a seis personas, una de ellas fallecida y tres en estado crítico.
En Managua, el arzobispo Leopoldo Brenes realizó la tradicional misa del Domingo de Ramos sin la presencia de feligreses y periodistas en la Catedral Metropolitana. La celebración eucarística, transmitida por radio y televisión a través de una cadena de medios de comunicación independientes resaltó por el llamado que realizó el jerarca religioso de quedarse en las casas para prevenir el COVID-19, porque –según él-, “es mejor prevenir que lamentar”.
“Nuestras calles están vacías, nuestros fieles están en sus hogares. Hoy recordarán la (procesión de palmas) de otros años; el gozo y la alegría de portar las palmas al seguir la imagen de Jesús en un burrito en su entrada triunfal a Jerusalén”, manifestó el también presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN).
La Iglesia Católica nicaragüense fue una de las primeras instituciones del país en tomar medidas de prevención frente a la presencia de la pandemia que representa el coronavirus y orientó a sus fieles que siguieran los oficios religiosos del fin de la Cuaresma y toda la Semana Santa en sus casas.
Precisamente esta medida provocó el último choque entre el régimen y la jerarquía católica, puesto que la dictadura ha seguido empeñada en mostrar “normalidad” mediante la organización de fiestas religiosas paralelas anteriormente suspendidas por la Iglesia, como las carretas peregrinas a Popoyuapa, el viacrucis acuático en Granada o la misa de San Lázaro, en Masaya.
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“Una auténtica piedad popular (…) no debe ignorar el sentido común, la prudencia y el uso de la razón: Exponerse al contagio y desafiar la pandemia con una fe imprudente e irracional o peor aun escuchando la voz del demonio que tienta como tentó a Jesús, nos obliga como pastores acompañar a las ovejas del rebaño del pastor, a quienes amamos y servimos”, expresó el más reciente comunicado de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), en una clara alusión a Rosario Murillo, quien desde sus alocuciones a medios del gobierno alienta a concentraciones religiosas paralelas organizadas por el partido del régimen.
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Durante la misa, Brenes animó a los fieles a quedarse en sus casas y fomentar la oración entre todos los miembros de la familia para lograr estar en comunión con todos los miembros de la Iglesia que viven su fe bajo las circunstancias excepcionales que representa la pandemia.
“Exhorto a seguirnos cuidando, es mejor prevenir que lamentar. El cuidar de nuestras familias, el cuidar de la sociedad, es el gran reto que tenemos nosotros”, aseguró el cardenal Brenes.
MISAS A PUERTAS CERRADAS EN OTRAS IGLESIAS DEL PAÍS
En otras Catedrales del país también se celebró la misa a puertas cerradas, pero con transmisión en radio y televisión, como fue el caso de Granada donde monseñor Jorge Solórzano ofició la eucaristía con un pequeño grupo de sacerdotes pero sin participación de feligreses como había pedido la Conferencia Episcopal.

En Matagalpa, el obispo Rolando Álvarez no sólo celebró la misa con el templo cerrado sino que también manifestó que su Diócesis crearía Centros de Prevención Médica eclesiales para “informar, orientar y atender a la población ante el COVID-19 en la medida de nuestras posibilidades. Espero el apoyo de todos”, dijo el líder religioso en su cuenta de Twitter.
Según la Diócesis de Matagalpa, estos Centros Médicos de la Iglesia matagalpina estarán repartidos por diversos lugares y atenderán a la población por medio de líneas telefónicas habilitadas para tal fin; y se brindará un acompañamiento a las personas que presenten sintomatología de coronavirus.

“La experiencia dolorosísima que todos conocemos es que en aquellos países que no se tomó en serio el virus y donde no se asumieron estas normas de prevención y precaución de forma radical como tendría que hacerse, son los que más están sufriendo en el número de contagios sino también en el número de fallecidos”, expresó monseñor Álvarez al criticar la gestión gubernamental sobre el coronavirus.
Excelente medidas de la Iglesia Católica del todo el mundo, ojo, no es medida local como algunos expresan en los barrios
Ahora no pueden entrar los feligreses selectos con las banderas invertidas en actos religiosos politicos.
Los medicos especialistas de Álvarez, bien, que desquiten lo que invierte la Embusa en ellos
Que realicen visita casa a casa, paralelas a la que realiza el gobierno, pero que vallan super protegidos y que los envien a los barrios pobres y no a las mansiones de ellos mismos para tomarse sus selfies propagandísticos
Que terrible.
Nada nuevo, ya estaban vacías desde abril 2018, cuando se lanzaron al golpe, simplemente esta es una justificación por la pérdida de credibilidad, la feligresía se les esta corriendo
Muy cierto!