David de Jesús Lagos es un excarcelado político de la dictadura Ortega Murillo, que, pese a estar en libertad por la Ley de Amnistía, todos los días recibe asedio por las estructuras oficiales y paraestatales del régimen. En el 2018, Lagos estuvo cinco meses preso, acusado por los delitos de secuestro simple y robo a mano armada.
“He recibido amenazas directas por parte de los paramilitares y la policía”, denunció el exprisionero, reconocido por su participación activa en marchas y actividades de las organizaciones opositoras en la ciudad de Matagalpa.
Las primeras semanas de encarcelamiento, Lagos estuvo detenido en el Chipote y luego fue trasladado al penitenciario La Modelo, donde enfrentó un proceso judicial y fue acusado por la Fiscalía, igual que miles de nicaragüenses a quienes la dictadura de Ortega sentó en el banquillo señalados de terrorismo, crimen organizado o transporte de armas, por ejercer su derecho a protestar.
La esposa del ex prisionero, Ana Amador, dijo a Artículo 66 que “somos los más asediados de Matagalpa. La familia de David ha sido opositora desde siempre y David nunca se les ha quedado callado”.
Para el opositor, es difícil vivir en esta situación porque siente vulnerados sus derechos. David Lagos manifiesta que a diario viven con la incertidumbre de lo que pueda suceder. “Prácticamente todos los días pasan (frente a su casa)”, insiste.
La esposa del exreo asegura que “no es fácil, enferma, agota la mente. pasan a media noche tirando piedras, pasa la policía con las sirenas enfrente de la casa y los paramilitares. Los vecinos cualquier cosa rara que ven nos llaman”.
Trauma a los niños
Amador comentó que su hija de nueve años vive con miedo que vuelvan a encarcelar a su padre. “Cuando salimos a la calle anda con el miedo que nos encontremos a la Policía. Ella se mantiene nerviosa, cuando escucha una camioneta sale a ver si es la policía y abraza al papá porque le da miedo que en cualquier momento se lo vuelvan a llevar”.
Les cambió la vida
Antes de abril del 2018, David Lagos trabajaba como comerciante y pasaba suficiente tiempo con su familia. Actualmente tienen limitantes para llevar una vida normal debido a las medidas represivas del gobierno.
La compañera de vida de David Lagos comenta que “ahora no podemos andar con libertad en la calle. Yo tengo un salón y el negocio ha bajado mucho. Casi no dormimos, molestan mucho por la noche, pasan los fanáticos gritando”.
David Lagos fue liberado bajo la Ley de Amnistía que la dictadura aprobó en junio de 2019, sin embargo, desde que salió de la cárcel no encuentra trabajo. Nadie quiere contratarlo por las amenazas que la dictadura ejerce contra cualquiera que intente contratarlo. Por esta razón, Lagos y su esposa decidieron emprender un negocio de elaboración de artesanías azul y blanco y de esta forma sufragar los gastos del hogar.
——–
Colaboración informativa de Mayela Rosales, en Matagalpa