Los oficiales al servicio de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo guiados por el comisionado Luis Barrantes impidieron por la fuerza la entrada a la iglesia San Miguel Arcángel, en Masaya, a un grupo de 15 feligreses quienes se disponían a participar de una misa oficiada por el párroco Edwin Román. En ese templo, se encuentran los familiares de los presos políticos este, 14 de noviembre, iniciaron una huelga de hambre en demanda de justicia y libertad.
Los alrededores de la parroquia desde tempranas horas permanecieron cercados por un cordón de más de 30 policías y oficiales de la Dirección de Operación Especiales Policiales (DOEP). Ante la imposición, el sacerdote Edwin Roman salió del templo en búsqueda de los feligreses, pero ni la persuasión funcionó con los agentes orteguistas, quienes se convirtieron en una barrera humana y no permitieron a los ciudadanos seguir la marcha.

Los custodios del régimen comenzaron a lanzar codazos al padre Román y a los feligreses. “Se están metiendo en serios problemas con la Iglesia católica”, les advirtió el jerarca mientras intentaba entrar con el grupo de personas quienes respaldaban la acción del cura. “En lugar de andar persiguiendo a los delincuentes, ve lo que están haciendo, haciendo el ridículo dándose a malquerer”, insistió Román, uno de los rostros más críticos del régimen.
“Se nos está negando una eucaristía, al derecho al culto que tenemos los nicaragüenses… ante el mundo exijo que estos fieles ingresen al templo para celebrar la misa”, denunció el sacerdote, mientras los turberos orteguistas ofendían al cura tildándolo de “mentiroso”, “ladrón”, “viejo”, “sin vergüenza”. La guardia seguía su papel y grababa a los feligreses.

Ante el cerco policial, el sacerdote realizó una oración en medio del cordón diciendo: “Te pedimos Señor por la democracia que desea el pueblo, por la libertad, por la persona que somos víctimas de la dictadura”. Al final de la plegaria, les dio la bendición y gritó: “¡Viva Nicaragua Libre!”.
El sacerdote condenó y lamentó la acción de los oficiales de la dictadura y envió un mensaje a la pareja dictatorial, a quienes les remarcó que “estás demostrando tu debilidad, están demostrando que se encuentran en la cuerda floja y que Nicaragua un día de estos te va a echar al basurero”. El sacerdote ofició la misa junto a los familiares de los presos políticos que ya estaban en el interior de la parroquia, donde extrañamente a esas horas no se contaba con el servicio de energía eléctrica.
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Vergüenza debería de darle a la “poli-silla” Después se preguntan por qué el pueblo se levanta y los saca de una patada como hizo Bolivia. Aprendan de este ejemplo. A Ustedes les va a ir peor.