La Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) presentó la primera actualización sobre la situación de derechos humanos en Nicaragua. Dicho documento pide la liberación inmediata de las personas que todavía están secuestrados en los sistemas penitenciarios del país y manifiesta su preocupación por la persecución, hostigamiento y asedio que sufren los defensores de derechos humanos y líderes comunitarios de Nicaragua.
“Me preocupa profundamente que los defensores de los derechos humanos y los líderes comunitarios continúen siendo blanco de ataques, amenazas, hostigamiento y vigilancia constante. Recientemente se informó a nuestra Oficina que algunas de las personas liberadas han sido acosadas y amenazadas por la policía y atacadas por elementos armados gubernamentales, en algunos casos con el consentimiento de las autoridades”, dijo Kate Gilmore, Alta Comisionada Adjunta para los Derechos Humanos de la ONU.
Asimismo, destaca que la prensa independiente de Nicaragua continúa sufriendo hostigamiento, amenazas y en varios casos los medios de comunicación o los periodistas han sufrido censura por parte de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Dichos actos han provocado el exilio de al menos 100 periodistas.
La OACNUDH reafirma que la crisis iniciada en abril de 2018, ha afectado el disfrute de los derechos económicos y sociales; además resalta que esto puede poner en riesgo a los más vulnerables, “incluidos los pueblos indígenas y afrodescendientes” por la escasez de alimentos y medicinas, como los antirretrovirales.
Finalmente, le recomienda a la familia presidencial Ortega-Murillo y a la Alianza participar de un diálogo genuino, significativo e inclusivo para abordar las legítimas demandas de justicia y reparación de las personas, y emprender reformas institucionales y electorales. De igual manera, le piden a Ortega respetar los acuerdos que firmó en marzo de este año, donde se comprometía a permitir el ejercicio de las libertades de asociación, expresión y reunión pacífica.
Políticos disfrazados de defensores de derechos humanos