Aunque los bancos abrieron por las amenazas de la Superintendencia de sancionarlos, los clientes no llegaron, supermercados cerrados, algunos negocios informales operando y librerías cerradas. Una amplia mayoría se unió al llamado de la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) mientras el orteguismo apostó por sacar a los trabajadores de la Alcaldía a hacer obras menores para generar movimiento en la capital.
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Lo de la amenaza a los banqueros no es creíble ya que cualquier afectación al sistema fina cueto no haría más que agudizar la crisis del régimen. Qué no nos dejan la cara de tinta o si ellos están abogando para que no se apliquen más sanciones internacionales. Sólo piensan en el dinero.
Mientras no haya apoyo masivo, lo que hagan los grandes empresarios no hace cosquillas, hospitales, centros de salud, transporte, energía, comunicaciones, servicios básicos, gasolineras, escuelas y colegios públicos, vendedores, hacendados, campesinos, no se sumaron al paro de empresarios, hay que recordar que en 1979, no fue paro, fue huelga general que si fue masiva, los empresarios no son una fuerza decisiva quieran o no, los trabajadores y campesinos son la fuerza beligerante en cualquier sociedad y ese apoyo no lo tienen los empresarios