Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua y cardenal de la Iglesia Católica, ofreció una extensa entrevista al periodista italo-argentino Alver Metalli en el portal de noticias especializado en temas religiosos Vatican Insider en la que reiteró la propuesta de los obispos de Nicaragua de adelantar las elecciones nacionales para salir de la profunda crisis socio-política que vive el país.
El cardenal Brenes, quién casi siempre se muestra esquivo con las preguntas directas sobre la crisis ante medios de comunicación nicaragüenses, expresó que le pediría a Daniel Ortega –de tenerlo en frente-, que escuchara el clamor del pueblo nicaragüense y fue explícito en explicar las diferentes situaciones que vive el país.
Lea: Ortega pedirá al Papa Francisco que remueva a monseñor Báez
“Nuestro deseo es que el clamor del pueblo de Nicaragua, que quiere elecciones transparentes y limpias, sea escuchado. Como hombres de esperanza anhelamos que esa esperanza pueda verse realizada. Si así no fuera, caeremos en el precipicio que tenemos delante, con una comunidad que ya no podrá vivir en paz”, insistió el también presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN).
Brenes reiteró que la Iglesia Católica de Nicaragua le ha pedido al régimen orteguista un adelanto de elecciones generales, con todas las garantías democráticas para poder solucionar la crisis.
“Hemos pedido elecciones anticipadas y eso sería lo mejor”, dijo el jerarca católico, quién lidera la Arquidiócesis de Managua desde el año 2005, cuando relevó al cardenal Miguel Obando y Bravo.
Al ser cuestionado sobre el encuentro que mantuvo con el Papa Francisco en Roma en el mes de junio, manifestó que el Sumo Pontífice está enterado de lo que verdaderamente sucede en el país centroamericano. Así mismo, les exhortó a seguir siendo mediadores y testigos del Diálogo Nacional (entre el régimen y la opositora Alianza Cívica por la Justicia y Democracia) para que Nicaragua vuelva a la normalidad democrática.
“Mantuvimos un diálogo amplio, y noté que conocía bien la situación. Creo que el hecho de ser un Papa de origen latinoamericano hace que conozca nuestro país, aunque nunca estuvo en Nicaragua. En el diálogo de más de una hora que tuve con él, lo vi muy preocupado por la situación del país”, reveló el arzobispo de Managua.
Brenes exhortó a Daniel Ortega y Rosario Murillo a que escuchen el clamor del pueblo nicaragüense, y que velen por el interés de toda la nación, no sólo de sus partidarios. “Que considere lo que el pueblo le está reclamando”.
“Que escuche, que escuche a su pueblo, al pueblo que él debe servir. Que considere lo que le reclama. Que discierna bien. Que después tome una decisión que beneficie al pueblo. Que el día de mañana el pueblo se lo agradezca, porque ha tomado una decisión no solo en beneficio de sus partidarios sino para todo el pueblo de Nicaragua”, remarcó el arzobispo de Managua.
Las tenciones en Nicaragua le quitan el sueño
El líder espiritual de los católicos nicaragüenses le confesó al periodista que a veces no puede conciliar el sueño debido a los que él considera como tensiones en el país.
“Me duelen estas tensiones, sobre todo cuando las veo serpentear entre mis agentes pastorales o entre los amigos. Me duelen como padre, como pastor, como amigo y como hermano mayor en la fe. Con toda sinceridad, debo confesar que a veces no me dejan dormir, me despierto en mitad de la noche pensando en las tensiones que hay, entre dos responsabilidades de una actividad pastoral que deberían ir unidas”, manifestó el cardenal de Managua.
La entrevista con Brenes discurre entre preguntas sobre la actual situación que vive el país, aspectos biográficos del cardenal y pequeños flashback o retornos al pasado desde la experiencia de vida del líder religioso.
La revolución de 1979
El jerarca no oculta su amargura por lo que pudo ser y al final, lo que fue la revolución popular de 1979, y expresó que muchas veces, el poder se vuelve enfermizo cuando no se le ve como un servicio al pueblo.
Lea además: Amenazas de muerte y de cárcel para monseñor Báez
“Yo creo que el poder enferma. Tenemos que ser hombres del Espíritu, para poder decir, en un momento determinado, ´me retiro´, ´aquí dejo´, ´me hago a un lado´. Es la gran tentación que tenemos los seres humanos. Es poder es como una droga que crea dependencia”, expuso Brenes al ser cuestionado porqué los ideales de la Revolución nicaragüense de 1979 se corrompieron con el tiempo.
El arzobispo destaca que durante la insurrección contra la dictadura de Anastasio Somoza Debayle, en 1979, muchas veces le tocó esconder en sus parroquias o trasladar a los jóvenes guerrilleros para que no los masacrara la Guardia Nacional.
“He vivido como todos el proceso revolucionario que condujo a la caída de Somoza. Con el triunfo del Frente sandinista en 1979 hubo mucha esperanza, yo la tenía. En muchas de nuestras iglesias se habían refugiado jóvenes simpatizantes del Frente sandinista. Y nuestros sacerdotes los protegían”, señaló Brenes, que en un paralelismo histórico, 39 años después, las parroquias católicas nuevamente acogieron heridos y resguardaron a manifestantes que huían de la represión desatada por el régimen orteguista desde abril pasado.
No habrá “Romero 2” en Nicaragua
Tras la ola de ataques lanzados por el régimen orteguista contra la Iglesia, cuya punta de lanza ha sido la campaña mediática virulenta contra el obispo auxiliar de Managua, el arzobispo Leopoldo Brenes manifestó que en Nicaragua no existirá un “Monseñor Romero”, señalando que los santos son únicos e irrepetibles.
“Es difícil. Los santos son irrepetibles. Monseñor Romero es un hombre para este momento de la historia. Romero, de una manera u otra, tiene una gran influencia en toda el área centroamericana”, puntualizó el cardenal.