Washington también sancionó a dos empresas mineras dirigidas por Laureano Ortega y Salvador Mansell que realizan «operaciones corruptas» en el país, fomentan el enriquecimiento ilícito e inyectan fondos al régimen para mantener la represión contra los nicaragüenses.
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Esta acción del Gobierno-Familia Ortega-Murillo e Hijps SL muestra su debilidad y su aislamiento ante la comunidad internacional. El poco respaldo que le queda se irá desvaneciendo aunque, desgraciadamente, parece que seguirá reprimiendo y tendrá un coste humano, social y económico para el pueblo nicaragüense. Por otro lado, y como esperanza, sus activos tanto políticos como económicos (sus múltiples negocios) se van a ir desgastando y, por tanto, su capacidad de negociar algo cada vez está más cerrada. No queda más remedio que continuar la presión contra este régimen corrupto y terrorista de Estado.