La popular celebración católica de la “Gritería Chiquita”, en León, este 14 de agosto tuvo un giro de 360 grados. La actividad realizada por los feligreses católicos no fue de noche y no tuvo fiesta. Los altares fueron la mayor expresión de protesta en contra de las acciones represivas del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
En esta ocasión, los tradicionalistas recordaron en sus altares a las víctimas del régimen, ciudadanos que decidieron manifestarse desde el 18 de abril de forma pacífica y fueron reprimidos a punta de balas por parte de las fuerzas policiales y paramilitares armados. En los altares realizados en honor a la Virgen María, los leoneses colocaron la bandera azul y blanco, además, de la bandera blanca y amarilla que representa a la Iglesia Católica. En otros, ubicaron las fotografías de jóvenes que fallecieron en el marco de las protestas sociales; muertes que, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ascienden a 317.
En algunos de los altares, los feligreses usaron como base adoquines formando pirámides que sostenían a la Virgen María, estos representan las barricadas que levantó el pueblo nicaragüense para defenderse de los grupos paramilitares que llegaron a atacar los distintos departamentos de Nicaragua.
La tradicional gorra que se entrega en la Gritería Chiquita, la cual consiste en algún refrigerio, postres u objetos típicos de la cultura nicaragüenses, ahora fue sustituida por la entrega de rosarios, en medio de rezos y oraciones.
En otras zonas de León también se podía apreciar altares con las banderas de Nicaragua manchadas de pintura roja para simular la sangre derramada producto de la represión dirigida por el Estado y al mismo tiempo, representar el dolor y crisis que atraviesan los nicaragüenses por la violencia.
Otros de los cambios en la celebración de la Gritería Chiquita fue que los ciudadanos sacaron sus altares a las calles de León en horas del mediodía, de este 14 de agosto, cuando en años anteriores se ha celebrado a las 6 de la tarde, momento en el que se da el tradicional grito: “Quién causa tanta alegría, la Concepción de María”, que marca el inicio de la fiesta.
La Gritería Chiquita también se convirtió en una nueva forma de protesta social. Los ciudadanos nicaragüenses demostraron con los altares a la Virgen María que quieren paz, justicia, libertad y democracia para Nicaragua.
Desde hace 71 años en el departamento de León se empezó a celebrar la Gritería Chiquita. Esto porque en 1947, mientras se daba la erupción volcánica del Cerro Negro, los nicaragüenses, específicamente, monseñor Augusto Oviedo, organizó la celebración para pedirle a la virgen María que la detuviera, lo cual según los creyentes católicos fue escuchado y cumplido.