El cardenal arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, respondió con un tajante “no”, a la proposición que le realizara el régimen de Daniel Ortega, para sacar a los que el mandatario considera “obispos cercanos a la oposición” de la comisión de mediación y testigo que preside la Iglesia nicaragüense en el Diálogo Nacional.
Según se conoció, el canciller del régimen de Managua, Denis Moncada Colindres, habría visitado con bajo perfil la Secretaría de Estado vaticano para solicitarle a la Santa Sede la expulsión de los jerarcas católicos más críticos y activos en la defensa de los derechos humanos del pueblo que están en la mesa del Diálogo Nacional: Monseñor Silvio José Báez Ortega (auxiliar de Managua), Monseñor Rolando Álvarez Lagos (obispo de Matagalpa), así también de Monseñor Juan Abelardo Mata (obispo de Estelí) –éste último, secretario general del Episcopado nicaragüense-.
El canciller orteguista expresó a un medio de comunicación digital de extrema izquierda, poco conocido, que el Diálogo Nacional se había “paralizado” por “algunos sectores de la Conferencia Episcopal” que se habían puesto “a favor de la oposición”.
Según la nota periodística, el funcionario habría pedido a la Santa Sede que retirara a los Obispos más críticos con el régimen autoritario de Ortega, para así poder “recomponer” el Diálogo Nacional con “obispos con posturas más ecuánimes”, según la visión del gobierno de Managua.
IGLESIA DICE “NO” AL RÉGIMEN
La respuesta de la Iglesia católica nicaragüense al golpe bajo que pretendió darle el régimen orteguista en la Santa Sede fue la de cerrar filas y expresar que no habrá cambio en la comisión de Obispos que preside el Diálogo Nacional.
El cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua y presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), manifestó que la Santa Sede respeta el derecho de la libertad de expresión de las personas, y que siempre recibe a los funcionarios de los distintos gobiernos del mundo; pero que esto no influye en las decisiones que toma la Iglesia con respecto a la actuación de los Obispos.
“El Vaticano siempre recibe a todas aquellas personalidades que son enviadas de un país, para compartir las experiencias que desde su punto de vista tienen. Siempre el Vaticano recibe a los mandatarios, a los cancilleres, sobre las inquietudes que tienen”, dijo el arzobispo Brenes al finalizar la misa dominical en Catedral de Managua.
Brenes, así mismo, explicó que la Iglesia no se deja influir ni manipular por las opiniones de funcionarios gubernamentales. Dejó en claro que el único superior jerárquico que tienen los Obispos de Nicaragua es el Papa Francisco, y que sólo hay tres vías para pedirle la renuncia a un jerarca católico: Por solicitud expresa del Pontífice ante situaciones especiales, por motivos de salud o por la llegada a los 75 años, que según el Código de Derecho Canónico, es el momento que un Obispo debe presentar su renuncia al Papa (y éste decide si la acepta o no).
“El traslado de un obispo no depende de las firmas que se recojan. Solamente si el Obispo ha tenido alguna situación difícil, cuando ha llegado a la edad de 75 años o cuando él mismo pide su renuncia, pero de otra forma, el Vaticano no se deja llevar por solicitudes ajenas a la dinámica que tenemos nosotros (en la Iglesia)”, subrayó el cardenal Brenes.
Brenes fue más allá y declaró enfáticamente que no aceptarán cambio de Obispos en la Comisión de Diálogo Nacional, por presiones del régimen orteguista. Aseguró que cuando la Iglesia aceptó mediar en la crisis socio-política que vive el país, lo hizo como Conferencia Episcopal y no a nombre de un obispo en particular.
“En ningún momento, porque nosotros estamos y hemos aceptado trabajar en el Diálogo como Conferencia Episcopal, y no como individuos. Yo siempre decía que cuando a mí me propusieron formar parte del lanzamiento del Diálogo, yo les dije que lo aceptaba como Conferencia Episcopal. Si la CEN hubiera dicho ´no´, entonces yo también hubiera dicho ´no”, puntualizó el arzobispo de Managua.
Así mismo, el cardenal Brenes cuestionó la supuesta “normalidad” que ha querido imponer la administración de Daniel Ortega a punta de represión sistemática contra el pueblo nicaragüense, señalando que lo que realmente vive la nación centroamericana es una “tensa normalidad”.
“Es triste que cuando se habla de que el país va tomando ´normalidad´, se den éstos casos (represión selectiva, salida de nicaragüenses hacia el exilio), porque eso significa que no hay normalidad. La persecución a personalidades y personas que disienten de una actitud del Estado, yo lo veo negativo. Hay que bajar esas situaciones para que el país pueda llegar a una verdadera normalidad”, subrayó el jerarca católico nicaragüense.
Brenes manifestó que Nicaragua vive una “tensa normalidad” ya que después de las seis de la tarde las personas no desean salir de sus casas por temor a ser represaliados por la Policía y grupos paramilitares afines al gobierno. Incluso, destacó que todas las eucaristías en horario nocturno en las parroquias del país se han suspendido debido a la inseguridad que campea en todo el territorio nacional.
Las palabras del arzobispo de la capital nicaragüense contrastan con las expresadas por Daniel Ortega a medios de comunicación internacionales, dónde asegura que el país “ha vuelto a la normalidad”.
El mandatario, exlíder de izquierda, se ha dedicado a atacar a los obispos de Nicaragua desde plazas públicas y existe en todo el país un ambiente de persecución religiosa contra la Iglesia Católica; que se ha traducido en múltiples profanaciones de templos, agresiones digitales contra las cuentas en Twitter y Facebook de varios obispos y sacerdotes, incluyendo el ataque brutal sufrida por los Obispos de Managua junto al Nuncio Apostólico por turbas pagadas por el gobierno en la Basílica de Diriamba, a inicios de julio pasado.
MONSEÑOR BÁEZ: “DECISIÓN CLARA E IRREVOCABLE”
Dos horas después que el cardenal Brenes dijera “no” a la propuesta del régimen orteguista de remover a los obispos más críticos de la mesa del Diálogo Nacional, Monseñor Silvio Báez aseguró que los Obispos de Nicaragua han cerrado filas y han asegurado que ninguno de los cinco jerarcas católicos delegados por la CEN será cambiado por chantajes o presiones del gobierno.
“Bueno, el gobierno puede decir y pedir lo que quiera en la Santa Sede. Aquí, los Obispos de Nicaragua hemos tomado una decisión clara e irrevocable. Estamos disponible para continuar en el Diálogo Nacional como mediadores y testigos con los mismos cinco obispos de la comisión episcopal. No se cambia a ninguno”, remarcó Monseñor Báez, uno de los obispos más queridos y admirados de Nicaragua, y cuya presencia es una de las que da credibilidad a este proceso político, que busca el retorno de la democracia al país.
Báez aseguró que la opción preferencial por los pobres, por la vida y el respeto de los derechos humanos ha ganado que la institución sea incómoda para el régimen autoritario de Nicaragua.
“En una sociedad dominada por la injusticia y la corrupción, por el autoritarismo y la ilegalidad, la Iglesia se vuelve incómoda. Entonces lo que estamos viendo es la consecuencia normal del actuar evangélico de la Iglesia”, expresó Báez, tras ser consultado por una carroza burlesca hacia la figura de los Obispos que organizaron funcionarios públicos de la Dirección General de Aduanas (DGA) durante una manifestación propagandística de apoyo al régimen.
“Siempre vamos a estar al lado de los más pobres y de los que sufren”, finalizó Monseñor Báez.