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El régimen de Daniel Ortega desde que asumió el poder en Nicaragua ha demostrado su repudio a la Iglesia Católica. En 1983, en un acto público, Ortega usó a sus fanáticos para agredir al papa Juan Pablo II. Los simpatizantes del Frente Sandinista, en ese momento, le vociferaron al representante de la Iglesia “queremos la paz, queremos la paz, queremos la paz”.
La frase que las turbas del orteguismo le gritaron al papa se ha vuelvo una consigna cliché del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, para agredir a los representantes de la Iglesia Católica en Nicaragua. En junio de 2013, los grupos conocidos como, la Juventud Sandinista, mismos que golpearon y robaron a los protestantes que demandaban pensiones y medicinas al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), en ese tiempo, les gritaron a los obispos Leopoldo Brenes y Silvio Báez “queremos la paz, queremos la paz”, esto mientras los obispos intentaban disuadirlos para que desistieran de agredir a las personas que protestaban.
Compilación de agresiones a la Iglesia
El 09 de julio de 2018, 35 años después, el régimen de Daniel Ortega vuelve a mandar a sus turbas para agredir a los representantes de la Iglesia Católica. Los obispos, sacerdotes, cardenal y nuncio le avisaron con anticipo a los representantes del Gobierno que harían una visita de labor humanitaria en Carazo, lugar que permanece sitiado por paramilitares y fanáticos del orteguismo, para sacar a ciudadanos que permanecían en la parroquia San Sebastián. Sin embargo, el régimen lo que hizo fue prepararles una emboscada.
El 2018 marcó el año más sangriento y doloroso para la Iglesia Católica, el orteguismo envió a sus concejales, fanáticos y paramilitares para gritar a los obispos de Nicaragua “queremos la paz, queremos la paz”, “obispos asesinos”, “golpistas, golpistas”. Sin embargo, en esta ocasión los seguidores de Daniel Ortega no se conformaron con vociferar, pues empujaron, golpearon, hirieron y robaron a los miembros de la Conferencia Episcopal de Nicaragua. Asimismo, se han dedicado, en estos últimos 85 días de protestas, ha destruir las parroquias que ayudan a proteger a los manifestante pacíficos que demandan justicia, paz y democracia.
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