[vc_row][vc_column][vc_column_text]La brutal represión del régimen de Daniel Ortega en contra del pueblo de Nicaragua continúa cobrando víctimas, según el defensor de Derechos Humanos Álvaro Leiva, en su informe preliminar la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), hasta el momento habían confirmado el asesinato de nueve personas y más de 200 secuestrados y desaparecidos el domingo, 8 de julio. Esto luego de que las fuerzas paramilitares y antimotines de la dictadura atacaran diferentes zonas del departamento de Carazo para quitar las barricadas que los autoconvocados habían levantado.
Según Dulce Porras, habitante de Carazo, el ataque inició a las 5:40 de la mañana del domingo. A bordo de camionetas sin placa, camiones pequeños y fuertemente armados, los paramilitares se tomaron dos hospitales: el de Jinotepe y el privado Harmin, esto para evitar la atención médica a los heridos. «Lo de esta gente es una barbaridad, entraron con armamento militar. Venían con escopetas, AK 47 y hasta unas ametralladoras».
La directora del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez, señaló que habían confirmado 14 muertos, entre los que incluyen un antimotín, un paramilitar y dos policías.

El mayor retirado del Ejército Roberto Samcan, quien habita en Carazo, denunció que el ataque que sufrieron fue desmedido y todo hace indicar que dentro de las turbas hay miembros del Ejército Nacional. «El uso de ametralladoras PKM, de fusiles M16, granadas y lanzacohetes RPG7, es un símbolo del Ejército. Yo veo presencia militar en estos ataques. Los policías solo pueden portar AK47, pero este armamento es militar».
Durante el brutal ataque fue difícil monitorear la situación de los derechos humanos debido a la falta de energía eléctrica y de señal de telefonía móvil. Los lugares más golpeados fueron la plaza del reloj de Diriamba, Las Palmeras, el empalme de San Gregorio, el barrio San José y la carretera que conduce al balneario La Boquita.
La activista Dulce Porras aseguró que hay más de 50 madres de detenidos que andan buscando a sus hijos. Según testigos, muchos de ellos estaban heridos. En Jinotepe, el ataque estuvo acompañado por maquinaria pesada que se encargó de levantar las barricadas. Porras también declaró que los cuerpos de las víctimas fueron retirados de la calle por las mismas turbas quienes se llevaron los cadáveres con destino desconocido. Luego del ataque, los paramilitares recorrieron las calles irrumpiendo en las viviendas y realizando secuestros con lista en mano.
Este lunes, representantes de la Iglesia católica encabezados por el Cardenal Leopoldo Brenes, el nuncio apostólico Stanislaw Waldemar y monseñor Silvio Báez fueron agredidos física y verbalmente al intentar entrar a Diriamba para auxiliar a un grupo de personas que estaban refugiadas en la Basílica de San Sebastián. Entre los agredidos estuvieron el obispo Silvio Báez, periodistas y defensores de derechos humanos.
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