[vc_row][vc_column][vc_column_text]Este 18 de Junio se cumplieron dos meses desde que inició la brutal represión del régimen de Daniel Ortega contra el pueblo de Nicaragua, pero también se cumplen dos meses del inicio de una insurrección cívica y ciudadana, que hoy tiene contra las cuerdas a la tiranía Ortega-Murillo.
Sesenta días después de aquella embestida brutal de las turbas parapoliciales de Ortega, que atacaron con garrotes y tubos a un grupo de estudiantes universitarios, pobladores y periodistas, los jóvenes volvieron a concentrarse en el mismo punto para recordar a las víctimas de la represión y exigir al régimen “que se vaya”.
En Camino de Oriente se conmemoró el inicio de la jornada represiva que ha cobrado más de 200 vidas, pero también el despertar de una nación que se alzó cívicamente contra un régimen abusivo, acostumbrado a los fraudes, la corrupción y la violación permanente de la ley.
Todo empezó con la exigencia de la derogación de la reforma al Seguro Social, a través de una protesta pacífica organizada por jóvenes universitarios indignados ante la decisión; a lo cual la dictadura respondió con las turbas de la Juventud Sandinista acuerpadas por miembros la Policía Nacional.
Dina García llegó a la conmemoración para exigir justicia por los asesinatos. «Vine para reclamar justicia por nuestros mártires, por los que están presos, por los desaparecidos, por los niños que murieron calcinados por el genocidio del régimen de Daniel Ortega. Aquí fue donde empezó la represión de la guardia, de la JS, de los paramilitares que vinieron a asaltar».
Dos meses después la situación en Nicaragua ha venido degenerando en más represión y más muertes, el régimen de Daniel Ortega ya no volvió a utilizar a la Juventud Sandinista como fuerza de choque, ahora quienes andan en las calles son grupos parapoliciales quienes utilizan armamento de guerra para asesinar a la población que sigue manifestándose en las calles, exigiendo la salida del dictador.
José Antonio Baca es otro de los manifestantes que estuvo hoy en Camino de Oriente, para quien este lugar de la capital, representa el inicio de la lucha del pueblo para quitarse de encima a la dictadura
«Es el inicio de la lucha, de esa lucha pacífica que tenía el pueblo de Nicaragua, pero que este régimen la vandalizó mandando a sus turbas a agredir, a masacrar a nuestro pueblo. Hoy somos un pueblo que lleva más de 170 muertos y la represión siempre se mantiene y es por lo que tenemos que luchar, para conseguir la democracia verdadera y lo que decimos es que se vaya, pero que se vaya ya. Nuestro ánimo es siempre que se vaya, nuestro pueblo ha decidido y no hay marcha atrás vamos a seguir para lograr la democratización».
Para el comentarista político Jaime Arellano, Camino de Oriente representa varios sentimientos encontrados y pone como ejemplo a la juventud nicaragüense quienes son los principales artífices de esta lucha.
«Hay un choque de sentimiento primero un gran orgullo del pueblo de Nicaragua, de como reaccionó ante la orden de masacre de la dictadura de Ortega, un pueblo que dijo basta y sesenta días después a pesar que las muertes siguen, las amenazas siguen, el derramamiento de sangre sigue, el pueblo aquí esta, jóvenes de todos los estratos económicos, de todas las edades, diciéndole a Ortega que no hay vuelta para atrás, vos comenzaste esto el 18 de abril, algo que no tiene reversión y es que se tiene que ir del poder».
Actualmente Nicaragua sigue sufriendo la represión del régimen de Daniel Ortega, quien este fin de semana mandó a quemar viva a una familia completa, siendo este uno de los peores actos criminales que se han perpetrado en la historia reciente de Nicaragua. El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, calificó el incendio como “un acto de terro y un crimen de lesa humanidad” y pidió que no quede impune.
Mientras tanto, y pese a que el régimen no frena de sed de sangre, se ha conformado una mesa de diálogo que únicamente logró obligar al tirano a permitir el ingreso de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para documentar las matanzas durante el primer mes de protestas.
En estos sesenta días hubo un paro nacional de 24 horas, la ciudad de León aun continúa en paro y la heroica Masaya permanece paralizada y llena de barricadas para protegerse de las balas asesinas de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Compartimos algunas fotografías del plantón en conmemoración de los dos meses de la revolución cívica de abril

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