Rosario Murillo, en su comunicación telefónica a medios oficialistas de este 21 de septiembre, alabó las obras de su «buen gobierno» como es de costumbre, pero aprovechó para revivir el levantamiento civil en 2018 tachando a los manifestantes de «terroristas y vendepatrias» que buscaban la destrucción del país, aseguró la vocera gubernamental de Nicaragua.
«Son malos. Vendepatrias que quisieron obstruir y lo lograron por un tiempo. Así se pone en evidencia el egoísmo, la ambición y la codicia, de los destructores, de los terroristas que levantaban la mano diciendo “no se pueden quitar los tranques”. Nunca vamos a olvidar esos momentos trágicos, dolorosos, terribles», señaló la vicedictadora.
Murillo lamentó las pérdidas económicas por encima de las humanas. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) contabilizó alrededor de 400 personas asesinadas, en su mayoría, víctimas de la represión estatal. «Cómo nos bloquearon. Cómo impedían el tránsito. Cómo se acumulaban los furgones y ellos orondos, creyendo que eran héroes y que eran victoriosos» recalcó.
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Actualmente el régimen Ortega-Murillo mantiene en sus celdas a más de 150 opositores violando todos sus derechos humanos y políticos, bajo un clima de eventuales elecciones para el siete de noviembre. Comicios generales sin las mínimas garantías y sin competencia, aseguran organismos internacionales y defensores de derechos humanos.
Recientemente distintas organizaciones han impulsado el llamado a «paro electoral», pues aseguran que «este proceso es fraudulento y su resultado es ilegítimo» por lo que no existen condiciones, pues «el dictador lo anuló, no hay por quién votar». Bajo esta premisa afirman que «no tiene sentido ser parte de la foto que los Ortega-Murillo necesitan».