La noticia fue celebrada por medios oficialistas en Nicaragua como un hito agrícola. «Nueva Guinea hace historia con el cultivo de piña rosada», tituló recientemente Radio La Primerísima, uno de los portavoces del régimen, al informar que este municipio del Caribe Sur se ha convertido en el primero del país en producir la exótica fruta de pulpa rosa, conocida comercialmente como Pinkglow y hasta ahora cultivada únicamente en Costa Rica.
El protagonista de esta iniciativa es Bernar Miranda, un productor de origen costarricense radicado desde hace varios años en la comunidad La Esperancita, en Nueva Guinea. Según declaraciones suyas recogidas por medios locales y boletines de la alcaldía sandinista, Miranda logró adaptar la fruta a las condiciones del clima y del suelo nicaragüense. Su plan, según explicó, es establecer un semillero para ofrecer semillas a otros agricultores de la zona y abrir así una nueva alternativa agrícola para el mercado nacional e internacional.

Desde los medios oficialistas, la incursión en el cultivo de esta variedad representa un avance en innovación agroindustrial, un impulso a la diversificación de la producción y una oportunidad de posicionamiento en mercados globales. Sin embargo, esta historia, promovida como éxito local por el aparato de propaganda estatal, podría convertirse en un problema legal de dimensión internacional.
Fresh Del Monte amenaza con demanda por uso ilegal de variedad protegida
La empresa transnacional Fresh Del Monte, desarrolladora exclusiva de la piña rosada, inscrita bajo la marca Pinkglow, respondió a esta información con un contundente comunicado en el que advierte que cualquier cultivo, comercialización o distribución de esta fruta fuera de sus operaciones autorizadas constituye una violación directa a sus derechos de propiedad intelectual. La compañía anunció que evalúa iniciar procedimientos legales en caso de confirmarse la producción no autorizada en Nicaragua.
«Fresh Del Monte reitera que es el único propietario de la variedad Rosé, conocida comercialmente como Pinkglow. Desde hace dos décadas la empresa recibió la aprobación exclusiva en Costa Rica para la investigación y desarrollo de esta variedad, tras el cumplimiento riguroso de los protocolos correspondientes», afirmó la compañía en su pronunciamiento oficial. Señaló que solo su producto cuenta con los procesos y estándares de calidad avalados por las autoridades internacionales, y que la reproducción no autorizada «atenta directamente contra la inversión, el desarrollo científico y la innovación agrícola».

La empresa también advirtió que de confirmarse el cultivo en Nicaragua, se «valorará el procedimiento legal hacia los vendedores/productores de piña rosada ante las autoridades pertinentes». Además, llamó a los consumidores a no adquirir esta fruta de forma ilegal y a «sumarse a la protección del desarrollo agrícola responsable».
Una fruta de lujo, producto de bioingeniería y con sello costarricense
La piña rosada Pinkglow es resultado de un proceso de bioingeniería iniciado por Fresh Del Monte en 2003, que tomó 17 años de investigación científica y una inversión de más de 20 millones de dólares. La innovación genética consiste en la alteración del color natural de la fruta mediante la acumulación de licopeno, un pigmento rojizo presente en vegetales como el tomate y la sandía. El resultado es una piña de color rosa, sabor más dulce y con una textura suave que ha sido aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) desde 2016 como segura para el consumo.
Costa Rica es el único país autorizado para cultivar esta fruta, debido a sus condiciones climáticas específicas y al marco legal que respalda su producción controlada. Aunque Fresh Del Monte posee más de 9.200 hectáreas de piña en el país centroamericano, apenas unas 200 se dedican a la Pinkglow, lo que la convierte en un producto de edición limitada y altísimo valor comercial.

La fruta no se comercializa en Costa Rica por razones burocráticas, pero se exporta exclusivamente a mercados de lujo en Estados Unidos, Canadá, Emiratos Árabes Unidos, Catar, Kuwait, Hong Kong y algunos países de Europa como España. Su precio oscila entre 11 y 39 dólares por unidad, y se vende únicamente por canales de comercio electrónico. Figuras como Kim Kardashian han promovido la fruta en redes sociales, donde es presentada como una experiencia gourmet y símbolo de exclusividad.
Nicaragua metida entre el dilema de la «innovación» o la «piratería»
Mientras dentro de Nicaragua, muchos podrían celebrar la llegada de la fruta «exótica y moderna» como parte de logros agroindustriales, en realidad el país podría estar frente a un caso de «piratería» intelectual en el agro y la advertencia de Fresh Del Monte podría poner al productor Bernar Miranda —y por extensión al propio Estado nicaragüense, que ha promovido su iniciativa— en el centro de una posible disputa legal por derechos de propiedad intelectual, que podría llegar a tribunales internacionales.
La transnacional ya ha dejado claro que no permitirá el uso, reproducción ni distribución de su variedad sin autorización y que cualquier intento de expandir el cultivo a través de semillas fuera de sus canales oficiales será considerado como una actividad ilegal. La tensión entre la soberanía agrícola y la legalidad internacional, de la que el Estado de Nicaragua es firmante en temas de propiedad intelectual, podría atizarse en los próximos meses.